El Mono Ante El Atril.

EL MONO ANTE EL ATRIL

Acerca de la novela “El Proceso”, y acerca de su autor se ha hablado y escrito mucho; tanto que ha dado lugar a un neologismo, “kafkiano”, para referirse a aquellos hechos o situaciones que toman un parecido con los que se refieren en los relatos del praguense.
El adjetivo “kafkiano”, suele emplearse para significar el carácter absurdo, en efecto, pero también podríausarse para denotar el carácter lúgubre y desesperanzado, puesto que todo lo que he leído del escritor checo manifiesta un fuerte sentimiento de sordidez y desesperanza… Sordidez, desesperanza y también miedo; por eso, muchos han querido ver en ellos una profecía de los calamitosos tiempos que estaban por llegar cuando fueron escritos.
Pero Franz no tenía esta penetración. Era un hombreinteligente, capaz de captar, con notable sutileza en ocasiones, el espíritu de los tiempos que le había tocado vivir; pero no poseía la discriminación necesaria para poder adelantar, más allá del vago pesimismo que en las personas sensibles suele producir la observación de la realidad de su tiempo, los acontecimientos que, quince años después de su muerte, conmoverían al mundo.
Era, sin duda, un granpesimista, pero se trata de un pesimismo derivado del carácter. Más que de la reflexión o el análisis, o de una intuición derivada de una contemplación serena de la realidad a su alcance, el praguense extrae su concepción pesimista de un sentimiento personal de impotencia, determinado por su constitución psicológica y por las experiencias de su vida familiar (caracterizada por una difícil relacióncon su padre). Tampoco acomoda con la interpretación en clave profética, el carácter del pesimismo de Kafka; la visión pesimista de Kafka alude al aplastamiento del individuo a causa del advenimiento de una nueva época caracterizada por la emergencia de las masas y el dominio de las grandes burocracias, no alude a dramas colectivos.
Otra interpretación, muy generalizada, otorga a sus relatos unaintención alegórica. Esto también me resulta dudoso; pocos actos humanos dejan de tener alguna motivación inconsciente, referida a su carácter simbólico, y parece claro que en la actividad de escribir novelas y cuentos, este tipo de motivaciones debe de manifestarse con especial intensidad. Pero como no podemos atribuir una intención alegórica a todo lo que se escribe, nos es necesario delimitarlo que con intención consciente es alegórico, de lo que no lo es. Lo que escribe Franz Kafka (y en particular lo que escribe en “El Proceso) produce una fuerte impresión de remitir a otra realidad, pero lo cierto es que, al buscar las afinidades, las piezas no encajan, o bien lo hacen sólo de un modo muy parcial. En la literatura alegórica, todo elemento relevante en el relato tiene que poder serremitido a la segunda realidad que se quiere representar; en “el proceso”, las cosas, más allá de algunas coincidencias, no siguen este esquema. El simbolismo contenido en el argumento, personajes, situaciones, etc., dista mucho de estar claro; el esquema general parece aludir a la muerte, Dios, el destino… pero está lejos de ofrecer un encaje preciso con esos conceptos, y, en lo que se refiere alos personajes concretos y situaciones particulares, en la mayor parte de los casos, ese encaje dentro de una construcción alegórica, resulta muy improbable.
Lo cierto es que, el aire de trascendente seriedad que emana de la novela “el proceso” debe pasar por encima del carácter vodevilesco, impregnado de comicidad bufa, manifiesto en muchas de las situaciones que confronta el protagonista.Propia de una comedia de situación es la escena que el protagonista tiene con la señorita Burstner en su dormitorio; la que tiene con la querida del abogado Huld, en la cocina; las que tienen lugar en casa del abogado, entre K, el comerciante Block, Leni y el señor Huld, o las que tienen como protagonista al fiscal (en uno de los capítulos del apéndice). Muchos elementos de ese mismo carácter...