El porvenir de una ilusion












“El porvenir de una ilusión”.
Sigmund Freud.







Yesica Valencia Sierra.
Sociología.
Economía y Sociedad
Patricio Escobar
“La cultura humana (…) por un lado, comprende todo el saber y el poder conquistados por los hombres para llegar a dominar las fuerzas de la Naturaleza (…), y por otro, todas las organizaciones necesarias para regular las relaciones de los hombres entre síy muy especialmente la distribución de los bienes naturales alcanzables” (Freud, 1927).
En términos generales, plantea Freud, la cultura se erige en torno a estas dos funciones primarias, advirtiendo primero y muy expresamente, que tales funciones no pueden entenderse independientes una de otra. Y, por otro lado, que cultura y civilización serán utilizados aquí, arbitrariamente bajo un mismosignificado.
Resulta necesario, para dar contexto completo y a modo introductorio, revisar hitos propios del texto que serán fundamentales en el desarrollo del presente informe. El primero hará referencia a la disposición del ser humano frente a la cultura, y sobre ello el autor sentencia; “Cada individuo es virtualmente un enemigo de la civilización” (Freud, 1927). Por consiguiente entonces, lacultura situada en una actitud defensiva contra el individuo, configura una serie de mandatos, normas e instituciones como respuesta a las tendencias destructivas, antisociales y anticulturales del ser humano. De ahí que la necesidad de una minoría ejemplar reconocida como conductora, capaz además de influenciar a las masas a la renuncia de sus instintos se hace indispensable en la conservación de lacultura. En la misma línea, resultarán cruciales también las experiencias de la primera infancia, en tanto determinantes de la orientación definitiva de los instintos.
Sin embargo, según Freud, el contenido esencial de la civilización se enmarca en torno a “los medios necesarios para defender la cultura, esto es, los medios de coerción y los conducentes a reconciliar a los hombres con la culturay a compensarles sus sacrificios” (Freud, 1927). Respecto a los primeros, el autor señala que han de ser entendidos en tanto prohibición de los deseos instintivos, una especie de regulación social compuesta por mandamientos externos que prontamente serán internalizados en el súper yo, proceso que otorgaría una cierto grado de estabilidad a la civilización. Sin embargo, existen prohibiciones queafectan sólo a un grupo, clase o individuo determinado. Y justamente sobre estas clases oprimidas recae una más alta probabilidad de desarrollar una intensa hostilidad contra la cultura y una alta tendencia a destruirla.
Por otro lado se encuentran los conciliadores entre el individuo y la cultura, entre estos pacificadores se encuentran los ideales y las formas del arte. Los ideales culturalesconducirían a una satisfacción narcisista de la civilización, que determinaría incluso a los menos favorecidos, pues su éxito consiste en formar una identidad común entre opresores y oprimidos que los haga a todos partícipes de un triunfo mayor. En el mismo sentido se desempeña el arte pero de una forma más excluyente y su función es más bien conciliadora. Un ejemplo muy evidente es el imperioromano, y como textualmente lo señala el texto, hasta los más desposeídos y desamparados se identifican y participan de la satisfacción de dominar otros territorios.
La naturaleza, que parece a veces por completo dominada, continúa siendo para el hombre, cruel e impredecible, pues aunque no constituye una real limitación a nuestros instintos, supone para nosotros una constante amenaza. “La Funcióncapital de la cultura, su verdadera razón de ser, es defendernos contra la naturaleza” (Freud, 1927). El ser humano entonces, para aliviar esta angustia, intenta defenderse de los poderes de la naturaleza y la amenaza constante del destino. Para ello, decide atribuirle características humanas a ese trozo de naturaleza que no puede controlar. Sin embargo, esta reacción no es exclusiva para algunos,...