¿El Principal Enemigo Del Ser Humano Es Él Mismo?
Sin embargo la reconciliación con nuestros enemigos internos no supone laeliminación de nuestros adversarios externos pero sí que modifica nuestra relación con ellos.
Para alcanzar la paz nos veremos obligados a realizar un doloroso esfuerzo espiritual. Sólo entonces dejaremos deconsiderar que la maldad es algo diabólico y comenzaremos a relacionarnos con ella en términos mucho más humanos. Este es, a fin de cuentas, el camino de la humildad.
La oscuridad se asienta en elcorazón de todo ser humano. Quizás encontremos cierto alivio en creer que los seres humanos más destructivos son una especie de demonios, que pertenecen a una raza diferente. Sólo así es posiblecomprender que un escritor alemán subrayara la inutilidad de cualquier intento de comprender la conducta de Himmler porque, en su opinión, "tal tentativa equivaldría a tratar de comprender a un demente entérminos de experiencia humana". Más adecuada, sin embargo, nos resulta la opinión de un periodista alemán que afirmaba: "Desde el mismo comienzo sabíamos que Hitler era uno de nosotros. No debemosolvidarlo". Efectivamente, Hitler era un ser humano, uno de nosotros, y aunque la proyección pueda proporcionarnos cierto alivio, no podemos seguir ignorando que el verdadero camino que conduce a lapaz pasa por el reconocimiento de que hasta el más diabólico de nuestros enemigos no deja, por ello, de ser tan humano como nosotros.
Es nuestra propia escisión interna la que ocasiona la hostilidadexistente entre el bien y el mal. Sólo cuando comprendamos que el antagonismo es precisamente el causante de la maldad descubriremos una nueva dinámica moral que haga posible la paz. Mientras...
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