El racismo y machismo como “parteras” de Guatemala.

Andrea Tock
Carné 102269


El racismo y machismo como “parteras” de Guatemala.

La violencia como fenómeno social ha adoptado en la sociedad guatemalteca una característica de personalización bastante grande. Al decir esto, me refiero a que pareciera que es vista tanto por los políticos, como los medios de comunicación y las personas de a pie, como si fuera una persona que anda y camina,una persona con nombre propio que anda aterrorizando a los niños y a las personas de buena voluntad. ¿Su nombre? Violencia, ¿su apellido? depende de la ocasión, algunas veces es “ciudadana”, otras veces “de género”, otras veces “intrafamiliar” etc.
Con esta caricaturización de la violencia no pretendo restarle importancia, sino más bien empezar por comprender cómo es percibida la misma por lasociedad guatemalteca y cómo ha sido normalizada convirtiéndose en tema recurrente y cotidiano.
En este ensayo no pretendo hacer una valorización moral ni un juicio de valor sobre la violencia, es decir, si es un fenómeno bueno o malo, sino más bien entender su papel en la configuración del Estado y de los diferentes grupos sociales y las relaciones entre sí.
Interesa especialmente explorar lasrelaciones de opresión entre los distintos grupos sociales que devienen en fenómenos como el racismo y el machismo, fenómenos netamente violentos que han sido normalizados en la sociedad y han sido componentes básicos en la construcción del Estado guatemalteco.
Racismo y machismo, ¿fenómenos diferentes?
No es necesario leer o estudiar mucho para darse cuenta que Guatemala es un país racista ymachista, la experiencia cotidiana lo demuestra. Admitirlo, sin embargo, son otros “cien pesos”.
La mayor parte de la población guatemalteca que sufre desnutrición, que es explotada laboralmente, que no tiene acceso a servicios públicos ni a sanidad, es la población indígena. Eso sin mencionar los miles de muertos indígenas inocentes, dejados por el conflicto armado interno.
Así mismo, también es unhecho la violencia sexual contra las mujeres como arma de guerra durante el conflicto, la culpabilización que se hace de las víctimas de violación, el tráfico de mujeres, la desigualdad de salarios y la inequidad de oportunidades entre hombres y mujeres recogidos en varios estudios.
Sin embargo, ni siquiera es necesario tener conocimiento de lo escrito en los dos párrafos anteriores paraidentificar las prácticas y discursos racistas y machistas que ocurren cada día. Por ejemplo, es usual escuchar la palabra “indio” ser usada como insulto, o generalizar los atributos que se les dan a las personas indígenas, tales como que “todos son necios”, “todos son sucios”, “todos son huevones” etc. Así mismo, también son comunes los ejemplos de machismo cotidianos, como que son siempre las mujereslas encargadas de los trabajos domésticos, la idea que las mujeres no saben manejar o incluso que deben de adoptar el apellido de su esposo.
En este punto pareciera que ambos fenómenos, racismo y machismo, son muy diferentes y nada tienen que ver el uno con el otro. Sin embargo, es todo lo contrario. La raza y el sexo, conceptos base de ambos fenómenos de opresión, son nociones íntimamenterelacionadas.
Las exclusiones, opresiones e imaginarios que existen en torno al sexo y la raza yace en el hecho que los límites raciales son también límites sexuales que se unen para formar conjuntamente barreras que colocan a personas dentro y fuera de las mismas, que definen quiénes son puros y quiénes impuros, que dan forma a nuestra visión de nosotros mismos y de otros. (Nagel, 2003)
Así laclasificación que separa a hombres de mujeres y que pone a los primeros en una jerarquía social más alta, siendo éstos los escritores de la historia, también separa a personas de acuerdo a ciertas características físicas. De tal cuenta, las mujeres son construidas socialmente como bienes o propiedades ya sea para disponer de ellas al antojo o para protegerlas e intercambiarlas. Si las mujeres...