Empatia y solidaridad

EMPATÍA Y SOLIDARIDAD
Está claro que la empatía es una habilidad positiva para quien la tiene, pero no es evidente que también lo sea para quieres le rodean. No podemos decir que desarrollar la empatía sea educar en valores. No es lo mismo una habilidad que un valor.
Podríamos definir la empatía como la capacidad de percibir los sentimientos, necesidades y problemas de los demás; y deresponder en consecuencia, expresando que les hemos comprendido. Significa entender lo que otras personas sienten, saber ponerse en su lugar.
En principio, cualquier persona tendería a asociar esta definición con una cualidad positiva y con la solidaridad. Sin embargo, no hay que perder de vista que se puede ser muy empático y muy egoísta, e incluso un gran manipulador.
Del mismo modo, algunas personaspoco empáticas, con serias dificultades para ponerse en el lugar de los demás y captar sus necesidades, pueden ser solidarias, una vez que superan esa “sordera social” a través de un mensaje directo y explícito de quien requiere su ayuda.
Dicen que el populismo es, ante todo, una forma de gobierno basada en la empatía utilizada para manipular a los ciudadanos. Los discursos de algunos políticosque, tras su elección democrática, se han convertido en dictadores, están llenos de guiños empáticos al pueblo.
Si yo soy capaz de percibir lo que sientes y necesitas, te puedo ayudar, pero también puedo utilizar a mi favor ese punto débil que he descubierto en ti.
La persona empática sabe qué mensajes necesita escuchar su interlocutor, pero pueden ser bienintencionados o esconder un objetivo,si no deshonesto, al menos poco generoso. Ahí es precisamente donde la educación en valores juega un papel importante.
El maestro y el profesor deben esforzarse por llevar la empatía más allá de la comprensión al asociarla al valor de la solidaridad. Lo importante no es solo comprender a los demás, sino también, o quizá sobre todo, brindarles nuestro apoyo.

LA PREOCUPACIÓN ACTIVA POR EL OTRO“La capacidad de hacerse cargo del otro" ha evocado toda una serie de preocupaciones, porque nuestra Comisión estima que es necesario superar la noción estrecha de subsistencia material. Ahora debemos poner nuestras facultades psicológicas, espirituales y políticas al servicio de los demás: he ahí una condición determinante para el progreso y la supervivencia. Una ética de preocupación por el otro--que es la que nos define como seres humanos--- supera la racionalidad económica, porque puede contrarrestar el individualismo y la avaricia. La atención que damos a nosotros mismos, a los demás y al medio ambiente es el fundamento de una mejora sostenible de la calidad de vida para todos. Esta ética de hacerse cargo del otro exige un cambio drástico de paradigma.
La preocupación por el otropuede expresarse así: actitudes o actos que den testimonio de la interdependencia de las personas, de las comunidades y de las naciones, de su conciencia de la existencia del otro y de su compromiso en favor suyo. Este sentimiento es el que conduce a cada uno de los miembros de la sociedad a preocuparse de los demás y a crear así una sociedad que abre posibilidades y da poder a todos.
Trabajamos porun nuevo humanismo fundado en la promoción de los derechos humanos, no sólo en términos jurídicos, sino también desde el ángulo de la dignidad esencial de la persona humana. La preocupación por los demás puede ser el fundamento de este humanismo.
Sin embargo nos paraliza una grave paradoja: parece que somos capaces de resolver nuestros problemas pero, al mismo tiempo, somos real ysimultáneamente incapaces de hacerlo. Tenemos conocimientos y medios --técnicos, financieros, operativos-- para organizar el cambio social, pero carecemos de voluntad política colectiva, de voluntad de actuar.
Lo que necesitamos es un nuevo marco de pensamiento en el que esté desterrado el egoísmo. Deseamos la aparición de una ética, que sea aceptable por todos, de la preocupación por el otro, de la...