Empender

Hace años decidí caminar con más corazón que cabeza en el mundo del emprendimiento. Hoy ya sé, con convicción absoluta que no quiero dedicarme a nada diferente: trabajo en emprendimientos propios,apoyo con gusto algunos ajenos, lo enseño en la Universidad y todo lo hago cada vez con más goce. Son emprendedoras las personas que más admiro y a quienes tomo como modelo de vida, pues de ellos he idoaprendiendo a ver oportunidades donde la mayoría se quejan y ven problemas, a pensar además de mi familia en inspirar y servir a muchos más, a tener una visión más poderosa donde el propósito no esla seguridad sino la libertad, a buscar siempre trabajar en lo que en realidad me gusta, a ver los retos como la oportunidad de crecer y no como excusas para no hacer, a saludar con ganas y llevarbuena actitud a cada lugar, a no esperar sentado quien lo hará sino a hacerlo y ya, a entender que aprender a ganar requiere la disposición de asumir riesgos y vencer miedos, a saber que siempre se puedehacer mucho más y no sólo lo que se supone, a ser un agradecido con todo y todos, a mantener la calma y decidir sabiamente cuando la marea se pone dura, a buscar ser fuente de ideas y soluciones, aasumir roles para que las cosas pasen, a saber que solo requiero una voluntad inquebrantable y no la aprobación de los demás para volver realidad una intensión genuina, a levantarme cuantas veces tengaque hacerlo, cada vez con más ímpetu, cada vez con más deleite, sabiendo que como los ríos aunque a veces hacen recorridos hacia atrás, o caen al abismo, jamás dejan de avanzar. Hay algunos conespíritu emprendedor desde siempre (con empresas consolidadas o no) y otros que lo han decidido en el camino, en ambos casos son el tipo de personas que quiero tener cerca, como aliados en el camino o comoamigas y amigos “para las que sea”. Tengo también gente que aprecio mucho y no piensan en emprender, desearé a ellos que sin importar que deseen hacer, elijan no conformarse jamás; al final cada...