Encarnación e imagen de dios.

ENCARNACIÓN E IMAGEN DE DIOS.

El tema que he escogido para adentrarme en el ámbito de lo teologal es la verdad crucial del cristianismo: la encarnación de Dios. Que Dios se ha hecho hombre e historia en la vida de un tal Jesús de Nazaret, un profeta del amor y la justicia que dio su vida por los caminos de Palestina, es la afirmación y la fe más revolucionaria de toda la religión cristiana. Esel escándalo y la necedad en su quintaesencia. Y, sin embargo, es la verdad en la que los cristianos encontramos el camino de la salvación.

Cómo es posible creer que en la relatividad de una vida humana, tan condicionada por elementos biológicos, psicológicos y culturales, puede estar presente la absolutez de Dios, no es cosa que vamos a discutir ni a justificar en esta reflexión. Nuestropropósito es ver cómo afecta esta afirmación a nuestra imagen de Dios y del mundo. No nos planteamos un camino de la razón a la fe, sino al contrario, un camino de la fe a la razón: qué elementos fundamentales aporta nuestra experiencia cristiana de Dios a la teodicea y a la metafísica.

1.- LA DEFINICIÓN DE DIOS

En todos los momentos históricos, la comunidad cristiana ha intentado hacerse unaidea de cómo es ese Dios que se nos ha mostrado plenamente en Jesucristo. Todas las religiones, en algún momento de su constitución, han intentado formarse un concepto de Dios. Y para ello han acudido a los conceptos que creían que estructuraban la realidad natural o personal, con los que describían lo mejor de lo inmanente, y los han elevado a categoría de lo excelso, de lo supremo para calificara lo trascendente. Este ha sido un proceso continuamente utilizado para pensar lo inefable, para conceptualizar lo inaprehensible. Y algo de verdad hay en él: los hombres intuimos en el fundamento de nuestra realidad la perfección que ambiguamente nos encontramos en las realidades tal y como se nos presentan, en la realidad de nuestra propia configuración personal. Sabemos que lo mejor de nuestromundo es lo que más cerca se encuentra de Dios, lo que más transparenta la verdadera realidad de Dios. En la belleza del mundo sabemos que Dios es fuente de belleza absoluta; al experimentar el amor que hay en el mundo sabemos que Dios es fuente de todo amor verdadero, que es el amor verdadero; creemos que todo lo auténtico y verdadero de nuestro mundo nos habla de la verdad plena que es Diosmismo.

No es del todo errado afirmar en grado excelso en Dios, lo que de perfecto vemos en el mundo en que vivimos, pero si conlleva cierto peligro. Al aplicar a Dios los conceptos que creemos que estructuran nuestro mundo podemos cargar nuestra imagen de Dios con los errores y las limitaciones de nuestra cosmovisión. Incluso podemos caer en el error, tantas veces achacado a toda religión, dehacer de Dios una proyección de los deseos insatisfechos y poco purificados del hombre. Por eso, siempre hemos de mantener la distancia crítica para no reducir a Dios a nuestros conceptos y vivencias. Siempre hemos de estar alerta del peligro que supone definir a Dios desde nuestros conceptos porque con ellos descargamos en la realidad trascendente las limitaciones y los errores de nuestroentendimiento situándolos, además, en el plano de lo absoluto y de lo intocable. Cuando aplicamos a Dios unos determinados conceptos, toda reforma filosófica se convierte en reforma teológica y es vista con sospecha de herejía. No quisiera abundar ahora en ejemplos históricos, pero no faltan.

El exponente más eximio de esta forma de comprender la realidad divina lo encontramos en la Suma Teológica deSanto Tomás que comienza definiendo a Dios con muchos de los atributos con que Aristóteles esboza la realidad de un ser perfecto . Los primeros artículos de la Suma reflejan la idea de que Dios es un ser en el que se dan todas las perfecciones de nuestro mundo de manera excelsa. Este es, como decía, un proceso normal, pero puede cargar a la teología con rémoras conceptuales procedentes del discurso...