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Miércoles 20 de Enero de 2010 05:33
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Los homicidios de los últimosdías de 2009 y los primeros de 2010, las quejas de la comunidad que denuncia una ola de atracos callejeros y hurtos a residencias, robo de motos y raponazos, la proliferación de expendios dealucinógenos y de 'ollas' donde los adictos de toda condición consumen sustancias psicoactivas, llaman la atención sobre el preocupante deterioro de la seguridad ciudadana en las principales ciudades delHuila, especialmente en Neiva.
Nadie debe poner en duda los éxitos del presidente Uribe en materia de seguridad, considerando la sensible reducción del secuestro que hasta hace unos años azotaba a loscolombianos, la tranquilidad con que los ciudadanos pueden transitar las principales carreteras, sobre todo en los puentes festivos y fines de semana, y la reducción sensible de la actividad terroristade la guerrilla y los paramilitares, gracias a los buenos resultados que en esta materia han obtenido las Fuerzas Militares y la Policía Nacional.

Lo que parece haberse dejado de lado en Neiva es laseguridad ciudadana, es decir, la que afecta al ciudadano de a pie, al que tiene que transitar por las calles sin el temor de ser atracado o que al llegar a su casa o apartamento, encuentra que losamigos de lo ajeno hicieron de las suyas llevándosele los electrodomésticos o los ahorros, o las cosas que necesita para llevar una vida digna.

Esa inseguridad es la que se registra y golpea no soloa Neiva sino también a municipios como Pitalito, Garzón y La Plata. Dos casos recientes ocurridos en esta capital han puesto de manifiesto esa ausencia de una política de seguridad ciudadana:

Unaanciana mujer es asesinada degollada el lunes anterior dentro de su propia vivienda, en un humilde barrio del norte de la ciudad y a plena luz del día, por un desconocido que le robó un equipo de...