estudiante


Capítulo Cero

La bella ciudad de Perghan, símbolo de la condición humana a más escalas de las que nadie pudiera imaginar. Teatro de sombras y títeres, baladas a la frugalidad, y corosfúnebres. En ella acaecen historias mil y una para contar apropiadamente a cada momento. Las vidas transcurren siguiendo su curso, desconocedoras del caudal que pueden alcanzar, y de la red vital queconforman, unos afluentes de otros y así hasta enmarañar toda la zona y encienagar la tierra que les da sustento.

Perghan sólo hay una, pero son muchas: distintas ciudades y mundos confluyendo ysuperponiéndose entre ellos en un mismo lugar, y conectándose de forma inesperada para sorpresa de todos aquellos con suficiente tiempo como para darse cuenta de todo ello. Un tiempo que se contaría por variasvidas humanas.

Cadas-Amir tuvo siempre una enfermiza gloria y un poder que rozaba lo moralmente obsceno, una codificación de sus costumbres, leyes e historia que no eran más, todo ello, que unabarrera difícil de traspasar para los foráneos. Por más años que pasaran, la ciudad no dejaba de ser más y más ininteligible a la razón ajena, y ésta pronto acababa contaminada por los planteamientostortuosos y encriptados de la población autóctona, víctima de su propia existencia, destinada a un maldito éxito, y una condenada gloria, que no le concedían el don de la muerte, la desaparición, laextinción de un pueblo demasiado viejo, padre y abuelo de sí mismo.

A mediados del tercer milenio tras la aparición de los seres de otros planos, la renombrada ciudad acogía un momento de estabilidad yprosperidad, síntomas aterradores considerando de la ciudad que se trataba. Incluso los más fervorosos defensores y patrióticos sabios de Perghan, temían inconscientemente tal estado, pues pordecadente que pudiera estar por siglos, la ciudad negra no moriría nunca, ni dejaría de ser poderosa. Pero cuando llegan los tiempos de holgura, el monstruo que habita en la mente del pueblo campa a sus...