Estudiante

La vida activa y la vida contemplativa: la posición aristotélica Alejandro Farieta Presentación pública V Encuentro de estudiantes de Filosofía Instituto Pedagógico Nacional – Universidad El Bosque

El surgimiento del problema
En tanto estudioso de la filosofía, y en tanto dedicado a estas cuestiones ya desde algunos años, hay algo que siempre me he negado a creer: que la filosofía no sirvepara nada en la vida práctica, y en las cuestiones prácticas. Aun cuando me he ido encontrando, a lo largo de mi carrera, cierta “evidencia” que probaría que tal vez no es así, y que los largos tratados escritos por muchos filósofos no solucionan los problemas que hay en el mundo, y que se quedan simplemente en “utopías”, me he resistido a esta idea. Si no hay una relación clara entre el “ámbito”del pensamiento y el de la acción, no solamente no valdría la pena dedicarse a la filosofía; habría muchas otras cosas que no valdrían la pena, tal vez ser humano en general no valdría la pena pues si algo nos caracteriza a los seres humanos es que pensamos. Afortunadamente, el debate pensamiento vs. acción no es nuevo, en particular en ambientes filosóficos. En efecto, la filosofía surge en mediode una discusión similar. Uno de los grandes problemas que intentaron resolver los principales filósofos de la antigüedad fue responder a la pregunta ¿cuál es el tipo de vida que vale la pena vivir? Los sofistas —si no todos, al menos sí la mayoría— sostenían una respuesta clara: el modo de vida que vale la pena es el político. Así lo atestigua Platón en el diálogo Protágoras, quien en conversacióncon Sócrates responde de esta manera qué va a aprender aquel que se someta a sus enseñanzas:
“al acudir a mí aprenderá sólo aquello por lo que viene. Mi enseñanza es la buena administración de los bienes familiares, de modo que pueda él dirigir óptimamente

su casa, y acerca de los asuntos políticos, para que pueda ser él el más capaz de la ciudad, tanto en el obrar como en el decir” (Prot.,318e-9a).

A esta opinión se opusieron Sócrates y Platón, para quienes la respuesta a esta cuestión es, más bien, que es la vida filosófica la que vale la pena vivir. Es en la Apología donde Sócrates intenta defender su posición con respecto a su particular modo de vida. En la parte final de su discurso de defensa, afirma Sócrates que es la vida “examinada” la que vale la pena vivir:
Yo,atenienses, os aprecio y os quiero, pero voy a obedecer al dios más que a vosotros y mientras aliente y sea capaz, es seguro que no dejaré de filosofar, de exhortaros y de hacer manifestaciones al que de vosotros vaya encontrando, diciéndole lo que acostumbro: “Mi buen amigo, siendo ateniense, de la ciudad más grande y más prestigiada en sabiduría y poder, ¿no te avergüenzas de preocuparte de cómotendrás las mayores riquezas y la mayor fama y los mayores honores, y, en cambio no te preocupas ni interesas por la inteligencia, la verdad y por cómo tu alma va a ser lo mejor posible?”(Apo., 29d-e).

Esta posición, y la vida socrática en general, fueron tan fuertemente criticadas en su época que incluso llevaron a Sócrates a ser condenado a muerte. La vida filosófica, como el mismo Sócrates loacepta en la Apología, lleva a un retiro de la “vida pública”, pero además, a descuidar las cuestiones prácticas fundamentales de la vida cotidiana. Esta crítica al modo de vivir socrático se ve atestiguada en las palabras de Calicles a éste, quien lo recrimina de la siguiente manera:
Ciertamente, Sócrates, la filosofía tiene su encanto si se toma moderadamente en la juventud; pero si se insiste enella más de lo conveniente es la perdición de los hombres. Por bien dotada que esté una persona, si sigue filosofando después de la juventud, necesariamente se hace inexperta de todo lo que es preciso que conozca el que tiene el propósito de ser un hombre esclarecido y bien considerado. En efecto, llegan a desconocer las leyes que rigen la ciudad, las palabras que se deben usar para tratar con...