Exvoto

Exvoto

Natalia Gutiérrez

El problema del tiempo en la obra de arte no es tan obvio. Lo que quiero decir es que no siempre las obras de arte hablan del presente, o sí, pero parecerían hablar en el presente de las permanencias del pasado. Lo que quiero decir en pocas palabras es que en artehay diferentes estrategias para enfrentar el problema del presente y del pasado.

El pasado se esconde en nosotros, aparece en detalles, cuando menos lo esperamos. A veces el pasado es un bajo continuo, el sonido de la campana de una iglesia –tan, tan, tan–, que nos recuerda que nuestras costumbres, la manera como organizamos nuestra vida diaria tiene una clave que le da forma, una claveescondida. Por ejemplo, la clave de una religiosidad que se remonta no se sabe muy bien hasta dónde ni hasta cuándo. Esta constante aparece escondida en el lenguaje cuando decimos:¡Dios mío!, ¡oh, my God! (oigo las voces de las noticias del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York o las del huracán Katrina). Esa clave religiosa aparece también en el cuerpo cuando hacemos la señal de la cruz –“En elnombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, amén”–, como una forma de cubrirlo, de cubrirnos, con un escudo imaginario.

Voy a preparar al lector y a contarle que este artículo trata una serie de temas y de autores a manera de las matriuscas rusas: uno dentro del otro, rápido, uno me lleva al otro, porque de alguna manera sale del tema anterior. Temas y autores que se refieren a lo que dijeanteriormente, la presencia en el presente del pasado, porque pienso que la reflexión acerca de cómo traer el pasado al presente y por qué es clave; es la diferencia entre obras de arte irreflexivas y obras que contribuyen a construir una conciencia crítica. Es la diferencia entre obras que superan la estructura de “mi querido diario” y amarran lo individual y lo colectivo para señalar lo que elpresente tiene todavía de paradójico y de no resuelto.

Este articulo se refiere también a una obra: Exvoto, de José Alejandro Restrepo, un video-objeto del 2005. Y la escogí porque me parece que en ella el presente se muestra estructurado por una clave religiosa que viene del pasado escondida en nuestro inconsciente y que se manifiesta en el cuerpo. Una clave que le da forma a nuestros días y poreso y a pesar de que nos encontremos aparentemente separados, en el 2007, de un mandato religioso, el cuerpo recuerda, y a los signos del cuerpo y con los con los que cubrimos nuestro cuerpo hay que escucharlos.

Bueno, pero el problema del tema dentro de otro no termina allí, porque como la obra muestra futbolistas en momentos de éxtasis, de pronto me encontré de frente con el exceso, losritos agonísticos, la obra-máquina, y como las matriuscas rusas, un tema dentro de otro, me encontré con la agonía y la anagonía, y con los colombianos jugando al fútbol en la cancha o frente al televisor, y cómo escribir sobre esos temas sin excederse, entonces este artículo pretende excederse: pretende sacar la obra de su marco y establecer relaciones.

Empecemos: Presencia del pasado en elpresente: Jean Starobinsky[1],uno de los principales analistas de la modernidad, se ha referido al problema del tiempo en una obra de arte. ¡Nada de líneas ascendentes y acumulativas de progreso!; el tiempo es como las palabras bajo las palabras. Al enunciar una idea el artista a la vez, y en forma oculta, dice otra. Starobinsky se refiere al tiempo como un bajo continuo, como las campanas de unaiglesia que suenan en medio de una ciudad globalizada. Starobinsky habla de duraciones que están ahí como un texto inconsciente dentro del texto consciente, (tan..., tan…, tan…) Para aquel que escucha aparece un texto en el texto; se trata de un modo de leer el discurso en escucha múltiple[2]. Por eso, Lacan dirá: “El que escucha, determina el habla”.

Un amigo músico[3] me contó que un bajo...