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CAPITULO 22

UNA NOTICIA CAMBIA VIDAS

Bella al fin levanto la mirada, mis ojos se toparon con esos hermosos ojos chocolate que estaban bien hinchados de tanto llorar, en ellos el brillo que tenían la noche anterior se había ido, había miedo y tristeza, mi corazón se sacudió por haberla lastimado.

-si- lo dijo casi en un susurro que apenas pude ir

-son tus hijos- volvió a declararUna sonrisa se formo en mi cara, eran mis hijos míos, pero yo no había sido del todo sincero esa mañana, lo recordaba todo y no le había dicho nada, así que me dispuse hablar:

-Bella, yo…yo… veras- , tome aire, –yo he recordado TODO, he recordado esa noche, cuando tú me lo confesaste en el hotel, yo ya lo sabía- 

Su cara mostro indignación, pero después volvió agachar la mirada, sostuve subarbilla y levante su cara para que me mirara.

-perdón por no habértelo dicho en ese momento, pero tú me ganaste diciéndome, lo que yo ya había recordado- le dije

-¿ahora qué vamos hacer?- le pregunte

-nada Edward, que mas tendríamos que hacer, tu vive tu vida y yo la mía- me respondió mirando hacia la nada

Que acababa de decir, me estaba botando pero como, claro Edward después de lo quedijiste querías que te recibiera con los brazos abiertos ¡IDIOTA!, todo porque tu maldito coraje te cegó, eres un ¡IMBECIL! .Solo espero que puedas solucionarlo, porque no se que para vivir sin ella, mi padre, mis hermanos y mis amigos tenían razón, la iba a perder y yo era el culpable.

-¿Qué quieres decir?- pregunte, me negaba a aceptar que me alejara de su lado

-tenemos en común dosangelitos, puedes acompañarme al control de embarazo cada mes y cuando los pequeños nazcan, los reconocerás si tu quieres, haremos un acuerdo entre ambos para que puedas pasar tiempo con ellos- termino diciendo

Me quede así por unos minutos, sin nada más que decir, yo no quería acompañarla cada mes, quería estar con ella toda la vida, quería ver a mis hijos día a día, no por horas o días.

-son mishijos, no quiero tenerlos solo unas horas o unos días, quiero que vivan conmigo- le dije 
refiriéndome a que quería estar con ella, ella me miro con miedo mordiéndose el labio.

-no vas a quitármelos Edward, son mis hijos- me dijo alzándome la voz

-pero que…, yo no pretendo quitarte nada, son tas tuyos como míos- le rectifique, ahora el por qué de su repentino miedo

-Bella- le dijeacercándome a ella y tomándola de las manos –mírame- le pedí, no obtuve respuesta de su parte así que le volví hablar –mírame ¡por favor!-

Ella levanto su cara quedando muy cerca de la mía, limpie con mis dedos las lágrimas que descendían de sus mejillas.

-Bella, perdóname, no pensé cuando te grite esas cosas, me deje llevar por el coraje, ¡por favor! ¡No me alejes!, te amo ¡No me alejes!- loúltimo se lo dije al borde del llanto, no pude más me comencé a llorar como un niño chiquito arrodillándome al suelo.

Sentí sus manos acariciar mi cabello

-shhh shhh, tranquilo Edward, sé que no quisiste decirlo, lo sé, pero duele mucho- me respondió volviendo a llorar

Me incorpore de inmediato no quería que llorara mas, le afectaba a ella y a nuestros hijos, “nuestros hijos” se oía tan bien,tan hermoso.

-por favor, no llores mas amor, le hará daño a los bebes, por favor tranquilízate- le dije abrazándola y trazando círculos en su vientre, pude sentir a mis pequeños moverse, parecían sentir la tensión de su madre.

-¡auch!- se quejo Bella

-¿Qué pasa? ¿Qué tienes? – le pregunte angustiado

-¡auch!- se volvió a quejar agarrándose el vientre

-me duele, me duele aquí- me dijode repente

No lo dude ni un minuto y la cargue entre mis brazos, avance lo más rápido que pude entre la casa llegando hacia la puerta, cuando la abrí, todos seguían ahí.

-¿Qué ha pasado? ¿Qué le has hecho? ¿Bella que te pasa? ¿Te lo advertí Edward? – decían los cuatro al mismo tiempo

-¡basta!- dijo Bella –Edward ¡por favor! ¡Me duele!- se volvió a quejar

- se ha quejado de...