Fausto Versus Sísifo

¿FAUSTO versus SÍSIFO?


Desde antes que terminaran las jornadas lectivas llevo dándole vueltas al trabajo que quiero plasmar en estos folios. He recibido con mucho agrado la advertencia del profesor de que prefiere una reflexión personal a un trabajo “académico”. Por ésto deseo clarificar que escribo esta reflexión como pastor y pastoreado, como parte de la jerarquía de la Iglesia, en cuantoclérigo, atento a las necesidades y expectativas de los hermanos a los que acompaño en su caminar cristiano y como miembro activo de la misma sujeto a las decisiones de mis hermanos mayores, de los que soy colaborador en la tarea pastoral que me encomiendan en cada momento. También lo hago desde la sensibilidad recibida y aprendida de trabajar con y para los más pobres tanto en Honduras como enEspaña.

He leído unos cuantos libros, he descartado varias ideas y finalmente dí con el modo de enfocar el tema al preparar la homilía del pasado domingo (Mc 1, 21-28) leyendo una reflexión de José Antonio Pagola: hay muchas voces que apartan al hombre de su misión vital. ¿Qué fuerzas extrañas le impiden seguir escuchando a Jesús? ¿Qué experiencias dañosas y perversas le bloquean el camino haciael Dios Bueno que él anuncia? .

Por distintas vivencias personales ocurridas hace muy pocos días me preocupa con especial intensidad algo a lo que siempre he sido muy sensible: la toma de conciencia de nuestra tarea en este mundo, el saber quiénes somos y para qué estamos aquí.

Nunca había identificado al endemoniado de la sinagoga de Cafarnaum con el género humano, no había caído en lacuenta. La humanidad maltrecha impreca a Jesús: ¿Qué quieres de nosotros?, (…) sabemos quién eres (Mc 1, 24). Incluida en esa humanidad está la Iglesia que reconoce su misión pero que como asamblea formada por humanos se siente igual de atraída que los demás por otras voces que intentan apartarla de su misión, de su ser, de su esencia, de aquello para lo que es. Y del mismo modo que la Iglesiacolectivamente, cada uno de nosotros de manera individual.

Tengo que precisar desde el comienzo que cuando me refiero a la Iglesia y a sus debilidades soy plenamente consciente de que hay muchos sectores y muchos grupos, multitud de comunidades, que no adolecen del mismo modo de todas ellas; me refiero a la iglesia jerárquica que nos representa y que conduce y marca el derrotero por el que debemosconducirnos, aunque muchos intentemos extremar la fidelidad al Evangelio arriesgándonos a caminar por sendas extra oficiales. Al hablar de la Iglesia y de sus miserias no estoy haciendo un alarde de menosprecio de quienes piensan de modo distinto al mio (ya sé que el distinto soy yo), sino que me mueve la búsqueda de la lealtad al mensaje de Jesús y a lo que rectamente considero que supone suseguimiento. Sé que hay muchas otras opciones, pero yo elijo reflexionar libremente, asumiendo el riesgo a equivocarme.

¿Por qué utilizo el título “Fausto versus Sísifo”, a qué me refiero?

La Iglesia se siente tentada por diferentes voces, a las que atiende de manera distinta, que intentan embaucarla y seducirla: prestigio, poder, afán de dar respuestas inmediatas a los problemas que planteala sociedad, capacidad de conducir las conciencias, influencia en los gobernantes para que los ciudadanos vivan como Dios manda (son siempre las mismas tentaciones a las que es sometido Jesús, las tentaciones universales), identificar el Reino de de Dios con formas concretas de gobierno para que los fieles alcancen la salvación y los infieles se conviertan a la verdad -esto sucede tanto enposiciones autodenominadas progresistas como en las más conservadoras-. En el tema que nos ocupa es aquello que Julio Lois1 identificaba como modelo de subordinación ilegítima al hablar de los distintos modelos teóricos de comprensión de las relaciones entre fe y compromiso socio político. Otra tentación es también el pretendido apoliticismo del que también habla Julio Lois en el modelo dualista de...