fin del modelo liberal e inicios del Keynnesianismo
A finales del siglo XIX, la economía mundial estuvo marcada con el nuevo sistema de
relaciones y tratados internacionales con respecto a todo lo que tenga que ver con
comercio y materias primas. En este sentido, durante ese período y hasta el comienzo
de la “Gran Depresión”, la doctrina económica que primaba era el “Liberalismo
económico”, la cual tenía como principal característica la no intervención del Estado en
la economía.
Esta teoría se basaba en el Libre mercado, donde el capitalismo “laissezfaire” no
dejaba participar a terceros en la economía, y dado a esto es que, como decía su
“creador” Adam Smith, “ Para que el estado se enriquezca, primero debe enriquecerse
el individuo”. Para Smith, el orden se establece por sí mismo, por el juego de la oferta
y la demanda. Si un producto es solicitado sube el precio y se favorece su elaboración, con lo que todo vendedor es retribuido según la importancia de los servicios que presta;
la actividad concurrente garantiza el orden, la justicia y el progreso de la sociedad. Esta
doctrina oculta un deseo de libertad: el mercado se regula por libre concurrencia, el
trabajador elige libremente su trabajo, la mano de obra se desplaza libremente, el
contrato de trabajo es un acuerdo libre entre patrones y obreros.En síntesis, el Estado
no era un gran partícipe de la economía, pero cumplía labores importantes en lo que
compete a la seguridad social, a los prestaciones de desempleo, al respeto por la
propiedad privada y los derechos políticos y sociales de la población.
Años después, exactamente al comienzo de la “Crisis del 1929”, un hombre llamado John Maynard Keynes propuso una nueva forma de manejar la economía, pero en este
caso de manera contraria a como lo hacía el liberalismo clásico: el Estado tenía que ...
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