Gratitud
El ocaso teñía de naranja el horizonte. La noche venía presurosa a cubrir con su manto de sombras la Tierra. El astro rey, cansado, se retiraba a su morada celeste, montado en carro defuego.
La Tierra, entristecida, se desdibujaba en la hora crepuscular. Las tinieblas furiosas se apoderaron de ella, sumiéndola en terrible soledad. Espantada lanzó gemidos desgarradores, queconmovieron las celestes esferas del universo entero.
La Luna, diosa de la paz, salió presurosa de su majestuoso palacio en liviano carro, tirado por soberbios caballos plateados.
Lastinieblas, ante la presencia de Selene, huyeron despavoridas y fueron a refugiarse en abismos impenetrables. Iluminóse la faz de la Tierra con una claridad misteriosa y mágica. Dejó de ser la criaturamedrosa y sonrió agradecida. Las traviesas estrellas, uniéndose al embrujo nocturno, la guiñaban pícaramente. La noche extendió su amorosa placidez, hasta que los inexorables dedos del tiempoesparcieron los fulgores de la aurora.
El nuevo día, complacido, mostró a los hombres los prados florecidos por la sonrisa agradecida de la Tierra.
LA PAZ DURADERA
Ala muerte le he dedicado innumerables pensamientos: pensamientos melancólicos y taciturnos; pensamientos, hechos de dolor ardiente; pensamientos concebidos, aún, antes yo que existiera.
Porúltima vez, quiero dirigirme a ella, en nombre de la doliente humanidad: "Mi palabra, trocada en rebeldía, temida reina de oscuras e ignoradas regiones, se dirige a ti. Esta vez no estará plagada deelogios ni cantos sublimes; estará cargada de frases hirientes, frases nunca antes pronunciadas, que disparadas a tus huesos fantasmales, como agudos cuchillos, abrirán grandes brechas en tu oscuro yviscoso cuerpo. Recién, entonces, comprenderás la magnitud del dolor humano: Dolor infinito sin término ni consuelo; dolor de herida quemante de niños y jóvenes, víctimas de humillaciones y maltratos;...
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