Hisotria de vida

26 de setiembre, 1909
París, Francia
Bastien querido,
Sí, recibí tu carta. No he querido responder, creía insólitos tus pedidos. Pero luego de días de pienso entendí, por completo, tu agonía. Mecuesta, sinceramente, me cuesta mucho, aceptar tus demandas; pero lo haré, ya está decidido.
Todavía recuerdo aquél día en la playa, lo recuerdo perfectamente. ¡Cómo disfrutabas el agua! ¡Y quéengañosa resultó ser! Qué dolor cuando te vi tendido en la orilla de las playas de Marseille, inmóvil. Las olas rompían sobre tu torso desnudo, y tú estabas allí, quieto. En mi memoria sigue el temblor detus manos; apretabas las uñas a las palmas hasta sangrar y luego no se movieron nunca más…
Tu vida cambió, y por ello volví a París para conseguir lo que me has pedido; ya lo tengo. En tres semanassaldrá el tren para allí y cuando la carta llegue sólo quedará una semana para mi llegada. Lo llevaré todo, absolutamente todo.
Consulté a varios médicos sobre la intoxicación de morfina en tucuerpo. Fue sutil la consulta, no hay de qué preocuparse, Francia no se enterará. Morirás tranquilo, en silencio, solo, como todos.
Cuando la morfina empiece a invadirte sentirás náuseas, vomitarás y tecostará respirar. Tus pupilas se convertirán en minúsculos puntos, haciendo que tus ojos se conviertan en dos largos túneles celestes. En un momento cesarás de respirar, dormirás hasta asfixiarte ymorirás en ese instante. Y allí estaré yo, sentada a tu lado, agarrando tu mano, ayudándote a volver a nadar. Porque en tu paraíso no se llegará volando, se llegará nadando. Porque nadando hasencontrado el infierno y será nadando que saldrás de él.
No lloraré, lo prometo. Entrené lo suficiente mis lágrimas como para que se sostengan en los cortos túneles de mis ojos. Sé que no llorarás, puesesperas, en silencio, ansioso mi visita. Mi última visita. Nuestro último encuentro, por lo menos en este mundo. Por momentos me desestabiliza saber que no hay ni una mínima esperanza para que te...