hojas amarillas

Es uno de esos días frescos con una calurosa noche, muy corriente el día. Las gotas de sudor bajaban cual la lluvia que prometía el cielo caería en cualquier momento, a lo lejos se podía ver elflash que usan los habitantes del cielo en sus sesiones fotográficas… pues si somos a imagen y semejanza, la bobera que le cae a algunos terrestres de ridículas poses también ha de ser heredada, no? Sequito el collar, se recogió su largo cabello en una coleta y comenzó a escribir en tercera persona acerca de un día que posea una calurosa noche, su mirada fija en la ventana sus manos sobre el papelamarillento por el polvo y el tiempo que había permanecido guardado, encerrado como sus pensamientos y sus sueños en la gaveta de huesos. Tenia sed pero no quería pararse y perder esa ligera sensaciónde que podría decir lo que por mucho tiempo se había guardado y compartido con los fantasmas habitantes de su ser, prefirió seguir sudando a borbotones en ese incomodo catre en medio de lasemioscuridad de su reino, su habitación, su cueva, el lugar de sus tormentos. Le dolía la cabeza, sentía enojo hacia el mundo y el mundo hacia el eso sentía. De repente reía, recordaba las cosas buenas quehabían sucedido en su vida… y entre ellas recordó que no había tenido vida, a lo lejos los gritos de una multitud desconocida intentaban sacarlo de su ensimismamiento pero mas se concentraba el ese puntoindeterminado del horizonte, no sabia el fin de la tierra y el comienzo del cielo, no era posible determinar nada que la gran mancha oscura que se cernía delante de si. No tenía compañía. Y mas quenunca se sentía acompañado. Retomo el pensamiento de que no tenia vida, de que había abandonado su cajón de sueños por pertenecer a un lugar del cual lo desprestigian, un lugar en donde esperanuniformarlo y volverlo multitud, así como la del alboroto en la distancia. Se pregunto si seria demasiado tarde para retomar lo dejado atrás, en esos tiempos de gloria, los tiempos de su gloria, gloria que...