HOLA


Sin dudas nuestro pasado no constituye un paisaje despejado, tan amplio y extenso como el de gran parte de la geografía que le sirve de sustento. Por lo contrario, expoliar lo que sucedió y las razones que lo explican es como adentrarse a un laberinto lleno de recovecos y poco dispuesto a librar sus secretos.
Hace pocos años, en un libro sugestivo, un economista e historiador belga, PaulBairoch, puso en cuestión una quincena de mitos que pueblan la historia económica mundial, y que son comúnmente aceptados no sólo la opinión pública en general si no también por muchos estudiosos, demostrando la falsedad o poca solidez empírica de todos ellos. Bairoch demuestra en ese libro, entre otras cosas, y a través de un amplio manejo de hechos y estadísticas, que el siglo XIX no constituyó elreinado del libre cambio absoluto, sustentado en las lecturas de Adm Smith y David Ricardo, como los especialistas suelen afirmar. Ésa fue apenas una realidad que existió a partir de mediados de siglo y para la parte del mundo dominada económicamente por la presencia industrial y financiera del Imperio Británico. De haber sido tal como la imagen mítica nos lo presenta, los Estados Unidos y Alemaniaserían hoy, quizá, pasases de Tercer Mundo, productores de materias primas y productos semielaborados y compradores de bienes de capital y manufacturas. Pero los hechos no sucedieron así. Esas naciones se transformaron en potencias industriales practicando un cerrado proteccionismo, basado en las ideas de Hamilton y List, un norteamericano y un alemán, y no en las de economistas clásicosbritánicos, que sirvieron, en cambio, para la expansión y consolidación de su propio país como potencia hegemónica de la época.

Los mitos que predominan en la historia Argentina son numerosos. Como por ejemplo, la idea de que el país estuvo en alguna vez, hacia las primeras décadas del siglo XX, entre lo más avanzados del mundo por el nivel de vida de sus habitantes (o también porque fue el “granero delmundo”). O el que sostiene que la decadencia argentina comenzó en los años 40 con el proceso de industrialización y las políticas económicas intervensionistas. O los que surgen de creer que las alternativas económicas se reducen a tomar decisiones sobre un punto señalado de antinomias que no pueden evitarse. O, si nos referimos al ámbito político, aquel que señala que en los años 30 seinterrumpió el proceso de cincuenta años de gobiernos constitucionales, dañando seriamente a instituciones democráticas y comenzando un ciclo de inestabilidad e incertidumbre que se mantuvo hasta el fin de la última dictadura militar, en la década de 1890.
O, para finalizar con los ejemplos, el que afirma un error fundamental en


















En otra ocasión ya hemos hecho un breverepaso del trabajo del gran economista Adam Smith oriundo de Escocia, cuyas obras perduran hasta el día de hoy.
En esta ocasión veremos algunos puntos de vista de otra gran economista; Alejandro (Alexander) Hamilton, quien si bien estaba familiarizado con los escritos de Smith, no concordaba con aquello del librecambio, terreno en el cual no parecían coincidir los intereses de una naciónincipiente en competencia con la industria de un país más antiguo, como Gran Bretaña. Hay que tener en cuenta que el mismo Hamilton se consideraba un gran admirador de Smith, pese a algunos puntos de vista encontrados.
De esta manera, él afirmaba que los gobiernos pueden transformar la naturaleza de sus economías,  y por lo tanto, su posición en el comercio internacional. Fue así como apoyó la protecciónaduanera para industrias nacionales y recomendó se les otorgaran subsidios con fondos provenientes del pago de los derechos de importación.
Además sostuvo que la inmigración, especialmente de mano de obra calificada, debería ser alentada para impulsar la industrialización y recomendó facilitar el ingreso del capital extranjero.
Hamilton apoyó totalmente a las industrias nacientes. Las...