Hola

Esta historia comienza con el rutinario inicio de una conferencia, de esas que nombran magistral por la importancia de los participantes. El doctor tal tiene tales estudios, trabaja en tantos lugaresy así por tantísimos minutos. Pero no se angustien, mejor, en lo que termina la biografía, miremos a aquel joven de suéter rojo, uno de tantos asistentes, el de la izquierda. El único con expresióncontraída por tanto ego. Se limita a sacar una libreta, seguramente para retener la sabiduría del letrado. Después de un largo rato la ponencia no ah cambiado su tendencia soporífera y la libreta nopasa del título de la ponencia “La realidad de la ficción literaria. Prometía mucho. Obviamente aburrido el joven escribe unas líneas, nada en relación a la ponencia, bueno a esta no, está imaginandocómo sería una ponencia de su agrado.
Suprimiría el curriculum del ponente. Todo eso de la presentación. Una exacta ponencia comenzaría por el tema. El experto, desde el principio apasionado, temanotearía y golpearía con toda su sabiduría. La importancia de crear una realidad es…sin la ficción la literatura sería… esta realidad cada vez es más… Los de las primeras filas, a pesar de estar bañadosde saliva, recibirían boquiabiertos todo el conocimiento que puedan. Comen conocimiento. Los más lejanos toman una postura de perfil con el objetivo de afinar la escucha, aunque sea de uno solo de susoídos. Sin embargo hay algunos distraídos que de vez en cuando miran inseguros a un joven de suéter rojo. Es el o no, si es el, creo que si. Antes que se puedan cerciorar, el ponente, al ver que cadavez eran más los distraídos (incluyéndose) decide aventurarse y pronunciar su nombre.
Ahora todos voltean y lo miran, algunos susurran su nombre, otros más indiscretos lo señalan para orientar a susacompañantes que buscan frenéticos. Por tercera vez y ya en un tono cebero el ponente vuelve a pronunciar su nombre. Consigue su atención. Contrariado el joven quita la vista de su liberta y...