Inferencias

Páginas: 23 (5743 palabras) Publicado: 3 de octubre de 2012
ES INCREÍBLE cómo pasa el tiempo: entonces era 1940 yestamos en 1962. ¡Veintidós años!, apenas puedo creerlo. Es uno joven y saludable, tiene el cabello negro y el cutis terso, y cuandoacuerda está con la cabeza completamente blanca y lleno dearrugas y de achaques. Veintidós años y todavía me duele lahistoria de doña Matilde, porque yo sé muy bien y no me lo podránquitar nunca de la cabeza, queera la persona más buena delmundo, incapaz de hacerle daño a nadie, ni siquiera a una mosca.Conocí a doña Matilde mucho antes del 40; este retrato que nossacó Pancho en Chapultepec fue en ese año, pero ya teníamosalgún tiempo de ser amigas. Como en 1935 nos fuimos a vivir a lacalle del Chopo. Así conocí a doña Matilde que era la dueña deaquella casita. Ella también vivía en la misma calle delChopo, enel número 127 a dos cuadras de la casa que nos rentaba. Meacuerdo como si fuera ayer de la primera vez que la vi. Toqué lapuerta y salió a abrir una señora o señorita de bastante edad, todavestida de negro. Pregunté por doña Matilde Espejo, como mehabían dicho que se llamaba. —Yo soy Matilde Espejo, ¿en qué puedo servirle? —dijo ella conuna voz que me agradó mucho y que denotaba su finaeducación. —Estoy interesada en la casa que renta usted —le contesté,mientras miraba y miraba su hermoso cabello blanco, peinado contanto gusto y esmero que me llamó la atención. Después me fijéen sus ojos que eran de un color muy raro, entre verde y azul parecidos a esas piedras de aguamarina; luego caí en cuenta deque eran iguales a los de Filidor, nuestro gato, y por eso megustaban tanto.Ella meinvitó a pasar para que pudiéramos hablar con toda calmay comodidad, y me llevó a la sala. Yo sentí que entraba en otraépoca o en un sueño al penetrar en aquella maravillosa sala conmuebles dorados Luis XV, un piano de cuarto de cola, cortinas deterciopelo verde jade, alfombras finísimas, tapices y gobelinos portodos lados, tibores, flores de porcelana, quinqués, licoreras decristal cortado,medallones con angelitos y enormes espejos endonde uno se veía de cuerpo entero. Me senté con sumo cuidadoy precaución, temiendo que aquella delicada silla cediera ante mipeso. Estaba a tal punto impresionada por tantas cosas hermosasy por las atenciones y la amabilidad de la señora que apenas pudedecirle cuánto nos gustaba la casa y nuestro deseo de rentarla. — ¿De veras les gusta? —preguntó complacida—.Si viera ustedel cariño que le tengo a esa casita, ahí vivió mi querida hermanaSofía.Al decir esto se le llenaron los ojos de lágrimas. Sacó entonces unpañuelo de lino con encaje de Bruselas y se los secó con sumadiscreción.Yo no sabía qué hacer ni qué decirle y me sentí apenadapensando que, de seguro, le había removido algún recuerdo triste;sospeché que la hermana se había muerto. —Perdónemeusted —dije por fin—, no era mi intención... —No se apene usted, querida. Mi dolor está todavía reciente yno puedo aún dominarme cuando me pongo a hablar de ciertas cosas. Pero ya pasó. Si le gusta a usted la casa se la rento deinmediato. —Muchas gracias —dije gustosa—. Luego le expliqué que yonecesitaba saber cuáles eran la renta y las garantías que ellapedía para ver si ambas estaban dentro denuestras posibilidades.Y pensaba, con desencanto, que lo más probable era que esarenta no estuviera a nuestro alcance. —Las garantías que pido son sólo el cumplimiento puntual de lospagos, nada más —dijo ella—. Y la renta es lo que ustedespuedan pagar, es decir, lo que tengan asignado para ello.Debe de haberse dado cuenta de la sorpresa y estupor que meprodujeron sus palabras, por que dijo: —Piensausted, seguramente, que soy muy bondadosa, pero noes eso. El que a usted le guste tanto la casa lo explica todo. Yodeseaba rentarla a alguien a quien le gustara de verdad y supieraapreciarla, porque quiero que se conserve como está sin serdestruida. No sabe usted cómo la cuidaba mi pobre hermana.Al despedirnos me dio la mano, una mano pequeña y tan suave ytersa como la de una niña. Yo apenas la...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • la inferencia
  • Inferencias
  • Inferencias
  • INFERENCIAS
  • inferencias
  • Inferencia
  • Inferencias
  • inferencias

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS