Informe peregrino xxi

INFORME PEREGRINO XXI
Por Esperanza Núñez

¿Por qué se hace el Camino?
Las razones que mueven a una persona a recorrer durante varios días cientos de kilómetros a pie por alguno de los milenarios y polvorientos caminos que conducen a la tumba del Apóstol en Santiago de Compostela no han variado desde hace 8 siglos. Entonces y ahora el objetivo siempre ha sido el mismo: satisfacer necesidadesintangibles (emociones, sentimientos, creencias, deseos…) en una suerte de “viaje” al autoconocimiento y, por consiguiente, a la autorrealización (personal y/o espiritual), además de descubrir, conocer y disfrutar de otras culturas y entornos a lo largo y ancho de las geografía vertebrada por las distintas rutas que conforman el Camino. No obstante, sí es cierto que el perfil del peregrino actualha variado notablemente respecto al pasado. Hoy se habla ya del peregrinaje como una forma más de hacer turismo – independientemente de las razones íntimas de cada uno- y se enmarca dentro del llamado turismo experiencial y cultural. No cabe duda –y así lo manifiestan la gran mayoría de las personas que actualmente realizan cada año este peregrinaje- de que hacer el Camino es un excelente métodopara “reconocer” nuestras capacidades, nuestras actitudes y aptitudes vitales, al tiempo que “nos empapamos” de la vida y la cultura que laten en los pueblos, ciudades, monumentos y paisajes que siembran el recorrido.

“Tecnoperegrinos”
Por otro lado, si bien es cierto que el objetivo sigue siendo el mismo que el que perseguían nuestros ancestros de la Edad Media, también es verdad que la manerade hacer el Camino ha ido evolucionando de manera progresiva y en lógica consonancia con los cambios de la sociedad, y ello ha repercutido de manera significativa en la afluencia de peregrinos a Santiago. Si nos remontamos solamente 15 años atrás -cuando el Camino de Santiago todavía no había sido “redescubierto” como un recurso turístico más- la precaria señalización de las distintas rutas(cuando no existían las famosas flechas amarillas, ni las guías de mano, ni Internet) el peregrinaje a Compostela era una auténtica hazaña apta solamente para grandes osados con un privilegiado sentido de la orientación y una absoluta despreocupación por saber si al final de cada dura jornada tendrían un techo donde dormir . De hecho, los escasos peregrinos que se veían eran automáticamente catalogadoscomo bichos raros y locos aventureros. Hoy, afortunadamente, las cosas han cambiado. De alguna manera se ha profesionalizado la actividad (señalización, servicios de alojamiento en albergues, más información y promoción) y ello ha propiciado que el peregrinaje a Santiago sea, hoy

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por hoy, una actividad cotidiana de turismo experiencial y cultural que atrae a más personas cada día. Noobstante, y a pesar de la existencia de una demanda en clara progresión, lo cierto es que la calidad de la oferta no ha evolucionado en absoluta y lógica consonancia. Siguen existiendo muchas carencias en todos los aspectos (irregular señalización, escasez de alojamientos adecuados (albergues públicos) y arcaica gestión de los mismos, falta de unificación de criterios en cuanto a servicios…) y unevidente e inaudito desperdicio de las nuevas herramientas tecnológicas nacidas al abrigo de Internet. En este sentido, es absolutamente contradictorio que en plena siglo XXI y cuando la inmensa mayoría de los peregrinos responden a un perfil de persona joven, urbana, usuaria habitual de teléfono móvil e Internet y, por tanto, demandador de este tipo de servicios, se encuentren con dificultades talescomo no poder recargar su teléfono o no poder comunicarse vía correo electrónico en muchos albergues, y no precisamente de zonas rurales aisladas. Es evidente que la fórmula empleada, basada más en la promoción que en la mejora en la calidad del servicio al peregrino no es la adecuada. Por otra parte, la incapacidad para generar dinamismo en los territorios atravesados por las distintas rutas...