Inseguridad

BRANDON JIMENEZ POZO
5D
Y OLVIDARA
Con la mirada perdida se dilataron las pupilas, un grito sin eco y un cuerpo helado desalmado cayó; todo estaba planeado sin poder percatarme de ello; sólo una sombra disfrazada, un corazón vacío y una mente obsesionada que terminaría una historia.
Me encontraba en una estación de autobuses, una viaje muy largo y agotador se había terminado por fin;observaba a las personas mientras las manos me sudaban, estaba sólo y no estaría mi madre o mi padre para darme indicaciones. Llegaría, encontraría un sitio dónde vivir y un empleo para que los costos no sean tantos, también una universidad, ese era el plan, así que decidí ponerlo en marcha. Había visto anteriormente algunos departamentos en Internet, supuse que un compañero de cuarto sería ideal asíque tuve una serie de entrevistas y lo encontré. Sean, de 18 años, un tipo muy responsable, era estudioso y no causaría problemas; no lo dudé, debidamente llegamos a un acuerdo.
Desempacaba mis cosas mientras le preguntaba de alguna universidad a dónde acudir para comenzar a estudiar y no dejar pasar tanto tiempo, me comentó de algunas, así mismo pensó que querría trabajar y me propusorecomendarme en una cafetería en la que él trabajaba, accedí, e iríamos temprano a platicar con su jefe de ello.
A la mañana siguiente listos estábamos para salir, durante el trayecto, entre bromas y comentarios me contó de algunas situaciones que tenía con su familia, lo cuál me motivó a pensar en la confianza que me había dado en un lapso demasiado corto; en algunas partes llegaba el silencio incómodoque indicaba el final de un tema y el comienzo de otro, me platicó de el salario que tenía además de que era semanal, no parecía mucho pero no me negaría a tener algo de dinero. Posteriormente llegamos a la cafetería aún temprano y al entrar un hombre de estatura alta, aproximadamente 50 años, cabello cano y ojos azules recibiría a todos sus empleados, notó mi presencia pero no se atrevió apreguntar hasta el final de su corta reunión donde platicó con los demás de la dinámica semanal; al terminar se dirigió a Sean y con un amable tono le preguntó por mi, a lo cuál le habló de la situación que tenía preguntándole si había alguna vacante para que yo pudiera laborar; fue cuando dirigió su mirada hacia mí y me hizo una serie de preguntas que me especificó no eran tan necesarias pero de igualmanera se veía obligado a hacerlas, respondí a todas y me dio la bienvenida a su cafetería, aclaró temas sobre la impuntualidad, faltas, la forma de tratar a los civiles y que podía empezar la semana siguiente después de adquirir el uniforme.
Después de algunas semanas había entrado a estudiar y continuaba con el empleo de la cafetería junto con Sean, con el cuál habíamos estrechado una granrelación de amistad. Dentro del instituto en el horario de almuerzo dejé la mesa donde nos encontrábamos comiendo y me dirigí hacia una máquina dispensadora de alimentos para adquirir unas galletas; llegaba a la máquina donde se encontraba una dama de cabello largo, castaño, estatura promedio y de una figura hermosa que me provocó una sonrisa. Estaba dispuesto a hablarle cuando volteó y de una manerasonrojada me preguntó si podía ayudarle a sacar unas galletas que se habían quedado atrapadas en dicha máquina; tomé un billete, lo inserté poniendo de el código de el producto; al caer ambos, los tomé y le entregué aquellas galletas; esperaba que lo agradeciera pero sólo sonrió y me dijo su nombre, así que le respondí con el mío; se retiró y regresé a la mesa con mis compañeros, hablaban algo de unafiesta que no pude comprender en aquel momento en el cuál solo pensaba en aquella dama de nombre Kate; la primer impresión fue su hermosa timidez y su suave voz que me hacía recordar cada palabra que me había dicho.
Al terminar el día mi amigo Sean estaba ya esperándome en la camioneta, al entrar noté cierta indiferencia en su mirada, me pareció lógico preguntar lo que le sucedía; me...