Investigación educativa

Investigación educativa: La importancia, ahora más patente que nunca, de los profesores como investigadores de su propio quehacer.

Las instituciones educativas de carácter militar tienen necesidades pedagógicas que satisfacer como cualquier otra, sobretodo en tiempos que se preparan para un salto de importancia en éste terreno. También como cualquier otra institución educativa que pretendedesarrollar una enseñanza centrada en la construcción de competencias, requiere de la decidida colaboración de sus profesores tanto en la creación de metodologías pertinentes como en su ejecución. Cabe entonces discutir la pertinencia que tiene la investigación gestada por los mismos actores encargados de impartir la enseñanza, los profesores, pieza clave en toda reforma.

Es preciso deshacersede la concepción de profesor como operario del currículo, sobretodo en momentos que se trabaja con conceptos tan nuevos como los que se pretende. Según Rómulo Gallego, “cuando los educadores abandonen la condición de operarios y decidan ser los constructores de las teorías que estructuran su quehacer pedagógico y didáctico, entonces comunitariamente se ocuparán de construir, en relación con susentornos, una teoría de las competencias…”.[1]

Si se considera la reforma educacional chilena, planteada a nivel de toda la enseñanza básica y media, se puede afirmar que efectivamente se han realizado análisis profundos con respecto a las líneas generales que debieran marcar el cambio. Sin embargo ¿cómo se gestan finalmente los cambios en las salas de clases?. A este respecto, Mary W. Olson[2]afirma: “El cambio es difícil en los distritos donde las decisiones sólo vienen desde arriba. Las decisiones sobre la enseñanza deben provenir de quiénes están más cerca de los problemas”, es decir de los mismos maestros (recordemos que maestro proviene del latín ma-struere; struere, construir). Lo que aquí se afirma es que son compatibles y necesarias las visiones y las vías de acción que puedanemerger tanto de un ministerio de educación y de una institución educativa como de los profesores.

Para que existan verdaderamente decisiones certeras por parte de los profesores acerca de cuales problemáticas se deben atender, es que se propone en este artículo como una vía factible de realizar, que el profesor se transforme, de manera regular, en un investigador de su propio quehacer, talcomo lo señala Mary Olson[3]: “los argumentos sobre cómo podemos ayudar mejor a los alumnos a aprender varían, pero yo diría que sólo cuando los maestros tienen espíritu indagador están en condiciones de adecuar reflexivamente su acción en clases y de tomar decisiones, en un proceso educativo sometido a cambios significativos(…) el maestro con espíritu de investigación será sensible, harápreguntas y buscará respuestas sobre lo que está ocurriendo con los alumnos a los que enseña, y se sentirá facultado para efectuar los cambios que sean necesarios para mejorar el aprendizaje…”
Aunque siempre el profesor haya estado haciendo observaciones sobre su enseñanza y de sus estudiantes para luego tomar decisiones, existen datos en el ámbito educativo nacional[4] que se adjudican en buena parte aun problema de calidad de la enseñanza en la sala de clases, todo esto tendría relación con la falta de “espíritu indagativo” al que se refiere Olson. Quizás tan sólo después de realizar en forma seria y sistemática alguna experiencia como esta, otros profesores puedan señalar lo mismo que una maestra investigadora, Carol S. Avery[5], quién narra su experiencia en el libro de Olson: “En cuantomaestra de aula, mi esfera es la práctica. En cuanto maestra investigadora, me doy cuenta de que también soy una teórica (…) Existe no sólo la teoría educativa de los grandes expertos en el tema, sino también mi propia teoría que surge de observar y reflexionar sobre lo que sucede dentro de mi aula. Ahora creo que los maestros no pueden permitirse ignorar la capacidad de teorizar que tienen todas...