Jinete Sin Cabeza
—¡Buenos días!
Como no le contestaron volteó y grande fue susorpresa pues no había nadie, aunque el Canelo, su perro, no paraba de ladrar. Nunca creyó en cosas de espantos y, sin embargo, esa vez le ganó el miedo. Trató de calmarse y se fue a su casa; todo el día sela pasó inquieto y a la hora de la comida le platicó a su mujer lo que había ocurrido, pero ella no le creyó.
Pasaron los días y nada extraño se escuchó en la parcela, pero un lunes
muytemprano el señor salió acompañado del Canelo y cuando subió a su troca se dio cuenta de que había olvidado su lonche. Al regresar a su casa, un caballo desbocado que corría sin freno hizo que se detuvieraen seco, pues el animal andaba sin tocar el piso y se dirigía justo hacia él; casi lo tenía encima ¡cuando desapareció!
El señor tragó saliva y no se movió durante un buen rato. Todavía tembloroso,entró a su casa, donde se quedó dormido; a mediodía su señora lo despertó:
—Carmelo, levántate a comer, ¿qué tienes? Estás pálido.
—Es que me pasó una cosa bien fea y ya no pude ir a la parcela—dijo el señor y le contó lo del caballo aparecido.
Al escuchar a su marido, la señora se persignó porque le dio mucho miedo y al ver que Carmelo se dirigía hacia afuera le dijo:
—¡No vayas a lamilpa, te puede suceder algo malo!
El señor no le hizo caso; se subió a la troca y se fue. Al llegar, dio unos pasos y se paró bajo un árbol frondoso. Subían a lo lejos los últimos rayos del...
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