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El siglo XIX y el romanticismo
Por: Pedro Gómez Valderrama
Tomado de Jorge Isaacs, su María, sus luchas,
Carlos Arturo Caicedo (compilación crítica),
Medellín, Editorial Lealon, 1989
Tomado de Jorge Isaacs, su María, sus luchas,
Carlos Arturo Caicedo (compilación crítica),
Medellín, Editorial Lealon, 1989

L

a importancia del romanticismo en América Latina es paralela a la de suimportancia
en el mundo occidental. En América el continente se llena de relámpagos, en la

forma inicial de su advenimiento. Pero la influencia, a través de España, viene, desde luego,
mediatizada por la influencia neoclásica. Ello produce según don Miguel Antonio Caro,
“una escuela discreta y conciliadora”. La independencia —fenómeno romántico— trae al
continente esa nueva manera de sentiry de ver. Los héroes de la liberación, comenzando
por Bolívar, son de corte típicamente romántico. En la literatura —que no tendrá muchos
productos de excepción, y serán tardíos cronológicamente—, aparecen los caracteres del
estereotipo romántico: la melancolía, el hábito de situar la felicidad en los países exóticos,
el paisaje vernáculo, la fe y la veneración hacia la naturaleza, que sebaña de su
sentimentalidad. La importancia del sentimiento, su desmesura por oposición a la mesura
clásica, la prosa musical tan cercana al verso, la tipificación de la mujer como un ángel, y la
fatalidad. Estas características, y algunas otras, menciona Enrique Anderson Imbert en su
extraordinario ensayo sobre María.1 Anderson señala con gran verdad cómo los dos
primeros temas de América, lanaturaleza exuberante y la bondad del hombre, están en la
carta del Descubrimiento de Colón. Son a la vez, temas del romanticismo en su momento, y
temas de Utopía, que no está lejana de éste. En Europa son la Utopía del Buen Salvaje, en
América desembocan en la mejor novela romántica, Maria de Isaacs, en la cual el

1

Anderson Imbert, Enrique, “Isaacs y su romántica María”, Prólogo a laeducación del Fondo de Cultura
Económica-Biblioteca Americana 1951.

sentimiento, lo sentimental —uno de los productos del romanticismo— llega a una pureza
que le ha hecho perdurable.2

2

Mi historia en relación con María de Jorge Isaacs es, como la de todos los colombianos, extendida a lo largo
de la vida. La primera lectura estuvo acompañada de penas y quebrantos, como no podía ser menosal no
poder evitar la muerte de la frágil heroína. Pasaron los años, y tal como lo refiere Germán Arciniegas en su
Genio y Figura de Jorge Isaacs, "en tiempos ya muy recientes, se reunió en Bogotá un tribunal de nuevos
hombres de letras con el objeto de seguirle un juicio a Isaacs como responsable de haber escrito una novela
detestable. Toda la prensa hizo eco a este proceso con el entusiasmonatural que producen los escándalos de
esta clase. El defensor quedó apabullado ante los tremendos mandobles del fiscal. Y el tribunal acabó
fusilando simbólicamente al pobre Isaacs"; (Germán Arciniegas, Genio y Figura de Jorge Isaacs. Editorial
Universitaria de Buenos Aires, 1967., p. 90).
La historia así contada merece algunos detalles más. Porque en realidad en ningún momento se
intentófusilar a Isaacs. Tanto el defensor, que lo fue Carlos López Narváez, ese admirable hombre ,de letras y
persona de una elevada calidad humana, como el acusador, que lo fue quien les habla; como Bernardo
Ramírez, entonces presidente del jurado y hoy embajador en Londres; como Jorge Vélez García, jurista
irreprochable, y exmagistrado de la Corte, ,Y como Gonzalo González,"Gog", el periodista llenode humor y
sabiduría, nos acercamos al libro con respeto y con el deseo de estudiado concienzudamente, después de
nuestras primeras desoladas lecturas. Ni qué decir tiene que la memoria de don Jorge Isaacs, el gran escritor
que representa la literatura de un siglo XIX lleno de maravillas Y de hechos heroicos, el combatiente de las
guerras civiles, el explorador de las tribus indígenas del...