Jose Hernandes a Su Escritor - Carta
Querido amigo:
Al fin me he decidido a que mi pobre Martín Fierro, que me ha ayudado algunos momentos a alejar el fastidio de la vidade hotel, salga a conocer el mundo, y allá va acogido al amparo de su nombre.
No le niegue su protección, usted que conoce bien todos los abusos y desgracias de que es víctima esa clasedesheredada de nuestro país. Es un pobre gaucho, con todas las imperfecciones de forma que el arte tiene todavía con ellos, y con toda la falta de enlace en sus ideas, en las que no existe siempre una sucesiónlógica, descubriéndose frecuentemente entre ellas, apenas una relación oculta y remota.
Me he esforzado, sin presumir haberlo conseguido, en presentar un tipo que personificara nuestros gauchos,concentrando el modo de ser, de sentir, de pensar y de expresarse que les es peculiar; dotándolo con todos los juegos de su imaginación llena de imágenes y de colorido, con todos los arranques de sualtivez, inmoderados hasta el crimen, y con todos los impulsos y los arrebatos, hijos de una naturaleza que la educación no ha pulido y suavizado. Cuantos conozcan con propiedad el original, podránjuzgar si hay o no semejanza con la copia.
Quizá la empresa habría sido para mi más feliz y de mejor éxito, si sólo me hubiera propuesto hacer reír a costa de su ignorancia, como se halla autorizado porel uso, en este género de composiciones; pero mi objeto ha sido dibujar a grandes rasgos, aunque fielmente, sus costumbres, sus trabajos, sus hábitos de vida, su índole, sus vicios y sus virtudes;ese conjunto que constituye el cuadro de su fisonomía moral, y los accidentes de su existencia llena de peligros, de inquietudes, de inseguridad, de aventuras y de agitaciones constantes.
Y hedeseado todo esto, empeñándome en imitar ese estilo abundante en metáforas, que el gaucho usa sin conocer y sin valorar, y su empleo constante de comparaciones tan extrañas como frecuentes; en copiar sus...
Regístrate para leer el documento completo.