La Anciana

Eran las doce del medios día, me disponía a comprar algo en la plaza de Bolívar de Pereira cuando de regreso para mi oficina a dos cuadras, al cruzar la calle una anciana quien estaba con un bastón y dificultad para caminar pedía a las personas que le colaboraran a cruzar la calle, nadie le ayudaba de pronto sentí una gran tristeza al ver la anciana tratando de pasar, me le acerque y le dije…Luisa- señora permítame la ayudo a cruzar.
Ella con una expresión en su rostro de agradecimiento me dijo…
Anciana- gracias niña, por fin alguien me ayuda, llevo mucho tiempo acá parada.
Luisa- y usted como se llama?
Anciana- Teresa.
La cogí de la mano y cuando el semáforo cambio a rojo despacio cruzamos la calle.
Luisa- señora teresa y usted que hace por acá solita?
Anciana- hace muchotiempo estoy sola, mis hijos se encuentran lejos y no me han vuelto a ayudar ni a llamar y mi esposo murió.
Sentí mucha tristeza al imaginarme a mi abuelita en la misma situación y pensé, como es posible que nos olvidemos de los ancianos si es cuando más necesitan de nosotros, y en ese momento sentí un cariño por esa anciana, la vi tan desprotegida que me causo una enorme necesidad de ayudarlaLuisa – y señora teresa usted ya almorzó y donde vive, como hace para su sustento diario.
Anciana- pues mija la verdad a veces paso sin comer porque tengo que pagar una piecita a diario y con lo que recojo acá en la plaza solo me alcanza para poder dormir allá, en estos momentos me hace falta para la dormida de hoy.
Con cada palabra que la señora decía me sentía mas y mas triste, pero teníaque buscar una manera de ayudarla, no podía ser indiferente ante una situación así.
Luisa- señora teresa venga conmigo no le de miedo, solo quiero ayudarla, yo trabajo en una oficina que queda a dos cuadras y almuerza.
La lleve conmigo, nos demoramos un poco caminando ya que ella no era capaz de caminar bien y le dolían mucho sus pies, al llegar a la oficina Ricardo Bernal quien es abogadopenalista y en ese entonces mi jefe me dijo…
Ricardo – se demoro mucho luisa, que le paso?
Luisa- sabe jefe? A veces no valoramos a quienes tenemos a nuestro lado……
Ricardo- de que habla, que paso?
En ese momento recordé para que había subido y le dije…
Luisa- discúlpeme jefe ya regreso.
Ricardo- como así, para donde va.
Luisa- no demoro.
Cogí mi almuerzo que estaba empacado y Salíapuradamente preocupada pensando que por mi demora la anciana se hubiera cansado de esperar y se hubiera ido, al bajar de un piso 22 en el ascensor, la vi ahí sentadita esperándome, la senté en una cafetería que había abajo del edificio donde trabajaba y le pedí un jugo, la anciana con una sonrisa en la cara, como diciéndome gracias empezó a comer desesperadamente como si llevara muchos días con hambre.Sentí alegría de saber que estaba ayudando a alguien que lo necesitaba y mas una persona que podía ser mi abuela, pero a la vez sentí una gran tristeza de verla tan sola y desamparada…queria saber más de esa pobre señora quien con su mirada cada vez me inspiraba más cariño, al terminar de comer me agradeció y me dijo…
Anciana- gracias niña desde anoche no había comido
No me había equivocado yera cierto que pasaba mucha hambre se me hizo un enorme nudo en la garganta y mis ojos se humedecían pero trate de contenerme y seguí hablando con ella.
Luisa- señora teresa y no sabe donde están sus hijos?
Anciana- no, hace mucho tiempo se fueron y la casita donde vivía con mi esposo se quemo y el murió entonces de ahí en adelante yo he tratado de buscar trabajo pero mis piernas me duelenmucho.
Luisa- y cada cuanto esta en esa plaza .
Anciana- todos los días, a esta misma hora.
Luisa- señora teresa quiero ayudarla, déjeme yo miro que puedo hacer por usted y mañana a la misma hora nos vemos en la plaza.
Anciana- bueno mija.
La acompañe de nuevo a la plaza donde estaba, quería llevarla a la habitación le costaba 1000 pesos la noche era en un barrio bajo de Pereira, pero ella...