La Autopsia De Creso

Sin gratuidad no es posible la economía

Introducción

Benedicto XVI en su última encíclica Caritas in veritate, cuando trata el tema de la situación económica, introduce el concepto economía de la gratuidad y de la fraternidad. Utiliza términos tales como: “En el contexto de la globalización, la actividad económica no puede prescindir de la gratuidad.” (38) El Papa aún es más fuerte enesto y dice que “sin la gratuidad no se puede ni siquiera alcanzar la justicia.”
Lo cual, a simple vista y una mirada superficial parece un contrasentido: lo economía como comúnmente es entendida como búsqueda de beneficio y ganancia y no de gratuidad.
Sin embargo, veremos que la gratuidad de la que habla el Papa es imprescindible como actitud en las relaciones socioeconómicas a nivel personal,social e internacional.
Además veremos, que la noción de Benedicto XVI es continuidad bajo otro término, de la noción de solidaridad de Juan Pablo II. Ambos, con términos más entendibles para el mundo modernos desarrollan las nociones que se desprenden del orden natural de la virtud de la liberalidad tratadas por Aristóteles, mas tarde tomada por el doctor Angélico, en su tratado sobre lajusticia ya como virtud propiamente cristiana.
Podemos decir que es la misma enseñanza de todos los tiempos sobre la realidad socioeconómica presentada bajo tres términos distintos.

1- Concepto de gratuidad

Dos son los principios que siempre se han desarrollado en doctrina social. Por un lado, el principio de justicia conmutativa que regula precisamente la relación de intercambio entre igualescuyas relaciones están regidas por el contrato. Por otro lado, el otro principio es el de justicia distributiva, el cual, con una justa regulación por parte del Estado, como gerente del bien común, es posible una justa distribución entre los que intervienen en el proceso del intercambio. Al respecto, siguiendo la enseñanza constante del magisterio anterior, el Papa afirma:
La doctrina social dela Iglesia no ha dejado nunca de subrayar la importancia de la justicia distributiva y de la justicia social para la economía de mercado, no sólo porque está dentro de un contexto social y político más amplio, sino también por la trama de relaciones en que se desenvuelve. En efecto, si el mercado se rige únicamente por el principio de la equivalencia del valor de los bienes que se intercambian, nollega a producir la cohesión social que necesita para su buen funcionamiento. Sin formas internas de solidaridad y de confianza recíproca, el mercado no puede cumplir plenamente su propia función económica.

Esta distribución justa garantizada por el Estado, mediante la construcción de un marco jurídico que permita la distribución justa de los bienes y evite la concentración de las riquezas enmanos de poco en desmedro de muchos.
Sin embargo, dada la naturaleza de la vida social, no son suficientes ni las relaciones de mera justicia conmutativa, ni de justicia distributiva, sino que es necesario otro tipo de espíritu. Este es el espíritu del don y de la comunión:
El comportamiento económico y empresarial que se desprende tiene en común principalmente el respeto de la justiciaconmutativa. Indudablemente, la vida económica tiene necesidad del contrato para regular las relaciones de intercambio entre valores equivalentes. Pero necesita igualmente leyes justas y formas de redistribución guiadas por la política, además de obras caracterizadas por el espíritu del don.

El espíritu del don. Desentrañemos este concepto.
En primer lugar es un espíritu, por lo tanto no es algoque se regula mediante las leyes.
El Papa dice: “El mercado de la gratuidad no existe y las actitudes gratuitas no se pueden prescribir por ley. Sin embargo, tanto el mercado como la política tienen necesidad de personas abiertas al don recíproco” .
En segundo lugar, para tener este espíritu del don recíproco es necesario tomar conciencia de que el fundamento del espíritu de gratuidad que...