La Chaskañawi
Entre alcoholes diversos (chica, singani, yungueños,cerveza, cockteles, vino patero), y diversos platitos (picantes y sajtas sobre todo), se da la bienvenida a Adolfo a su pequeño pueblo al que ha regresado después de pasar los estudios de leyes en Sucre. Yno sólo entre amigos y borracheras pasa aquellos días, sino que poco a poco los amores lo van entrelazando y pronto tiene que decidir entre la preciosa y seductora Claudina, chola de amplias curvas,ojos como estrellas y una fuerza femenina a la que nadie se le puede enfrentar, o la relación bien vista con Julia, pálida señorita que se comporta como una mujer de su clase tiene que hacerlo, yperdona una tras otra las barbaridades, infidelidades y excesos que comete Adolfo.
Pronto este se verá perdido, diferente a la personalidad seria y decente con la que había llegado, envuelto en brazosde cholitas e imillas, despertándose en camas ajenas y siendo el objeto de habladurías y chismes en su pueblo pequeño que se alimenta de ese tipo de historias.
Pero no es sólo las razones quedistancian a esas mujeres, la personalidad, la clase social, la pollera. Ambas están muy seguras de su posición y de los límites que Adolfo no tiene que cruzar, pero mientras la segunda se comporta conla seriedad de su posición, presionando a Adolfo con armas que la sociedad a puesto a su disposición, Claudina decide rechazarlo de entrada conociendo la distancia que los separa y negando lo quecualquiera de los dos pueda sentir. Mientras una lo fuerza a la matrimonio, la otra lo rechaza.
Pero no es sólo a esto a lo que se tiene que enfrentar Adolfo. La lucha real se da entre su educación...
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