La Escritura Del Dios

[1] “La escritura del dios”







Reseña descriptiva para la asignatura
“Propedéutica de textos”
Escuela de Ciencias Humanas
Docente: Jenniffer Lopera Moreno





presentado por
Juan Pérez





Semestre I, 2009
Comprender el mundo que nos rodea y construir el significado de nuestra vida en torno a él no es tarea fácil para ningún ser humano. Todos hemos tenido queenfrentar las vicisitudes propias de la labor que emprendemos en esta búsqueda de los significados en el mundo. A primera vista esta labor implica solamente comprender el mundo cercano. Sin embargo, todos sabemos que, hasta cierto punto, esta labor también entraña el descubrimiento de quienes somos o quienes podemos ser. En este sentido, los textos literarios pueden convertirse en un medio para plantearpreguntas en torno a los sentidos de la existencia del mundo y del individuo.
[a] Un buen ejemplo lo encontramos en el cuento “La escritura del dios” del poeta, narrador y ensayista argentino Jorge Luis Borges. El cuento forma parte de un libro titulado El Aleph y fue publicado en 1949. Se trata de un texto breve, rico en imágenes y símbolos, en el que Borges se dedica a explorar unacuestión muy interesante: ¿Qué diferencia existe entre la escritura humana y la escritura divina? Frente a esta cuestión, Borges plantea que la escritura humana se caracteriza por su naturaleza fragmentaria y temporal, mientras que la escritura divina es capaz de expresar la totalidad de las cosas de manera inmediata.
[b] El protagonista del cuento es Tzinacán, un sacerdote azteca del siglo XVI,quien relata su propia historia desde la cárcel subterránea en la que lo han recluido los conquistadores españoles. Tzinacán lleva muchos años allí, sumido en una oscuridad que sólo ilumina un rayo de luz durante unos pocos instantes cada mediodía; a esa hora el carcelero abre una claraboya en el techo y le baja un poco de alimento y un cántaro con agua. Sólo en ese momento Tzinacán puede ver asu compañero de cautiverio: un jaguar que deambula por la celda vecina.
La historia de Tzinacán y el jaguar es ante todo la historia de una búsqueda y de un encuentro. Tzinacán busca la sentencia mágica que su dios escribió el día de la creación; el jaguar es la “página” que el dios utilizó para escribirla; las manchas que tachonan la piel del jaguar son el “texto” que es preciso descifrar.La importancia de la sentencia radica en que ella contiene la clave para conjurar las desventuras que caerán sobre los seres humanos en el fin de los tiempos. Tzinacán cree que el fin de los tiempos ha llegado y que él, en su calidad de último sacerdote del dios, es el elegido a quién los dioses revelarán la sentencia. Animado por esta esperanza, y sobreponiéndose a los momentos de desesperaciónen que su empeño le parece inútil, Tzinacán consagra largos años a la tarea de descifrar la sentencia. El deslumbrante desenlace del relato tiene lugar en el momento en que Tzinacán vive la experiencia suprema del encuentro con la divinidad. En ese instante mágico, el sacerdote descifra la sentencia escrita en la piel del jaguar.
Borges subraya el carácter divino de la sentencia en variasocasiones, comenzando por el título del cuento. Ahora bien, la característica fundamental que distingue a la escritura del dios en el relato es su capacidad para expresar la totalidad de las cosas en un solo instante. Escribe Borges: “Un dios (...) sólo debe decir una palabra y en esa palabra la plenitud. Ninguna voz articulada por él puede ser inferior al universo o menos que la suma del tiempo.”Esta descripción contrasta fuertemente con los rasgos típicos de la escritura humana. “Las ambiciosas y pobres voces humanas, todo, mundo, universo”, dice Borges, son apenas “sombras o simulacros” de la palabra divina.[1]
Cuando Tzinacán descifra la sentencia, estas definiciones se confirman. Comprender la sentencia equivale a encontrarse con el dios y encontrar al dios equivale a ser uno...