La igualdad entre el hombre y la mujer

ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA IGUALDAD ENTRE EL HOMBRE Y LA MUJER

Puede probarse que la idea para nosotros hoy tan natural según la que existen dos sexos cuyas características fundan nuestra distribución de roles. El paradigma según el cual nos comprendemos a nosotros mismos bajo el modelo de la existencia de dos sexos opuestos o complementarios de modo que cada unoresulta ser lo opuesto que el otro no tiene mucho más de un par de siglos; antes no había dos sexos, sino solo uno que admitía participaciones deficientes. Al menos durante más de un par de milenios, los humanos hemos considerado que el sexo de la mujer no era el otro que el del varón, sino su participación imperfecta, por lo que ambos se incluyen en los mismos modelos explicativos. El nuevoparadigma ilustrado de los dos sexos opuestos, no parece haber beneficiado a las mujeres; cosa que a en lo personal no me parece; pues soy mujer. En la línea de trabajos abierta por la historia de la sexualidad de Foucault, Laqueur, ha mostrado al aclarar su génesis concreta desde el siglo XVIII que lo que hoy denominamos “sexo” e interpretamos como un hecho biológico sobre el que cada sociedad construyeculturalmente el género es en sí mismo un producto histórico derivado de los géneros culturales.Contra la idea de que la biología o unos hechos biológicos indiscutibles definirían los sexos, Laqueur, sostiene que los hechos indiscutibles sobre los cuerpos no han determinado nunca de hecho ninguna comprensión histórica de la diferencia entre varones y mujeres. El concepto “sexo” derivahistóricamente de los géneros y no al revés.Para probarlo, clarifica primero y opone después los dos paradigmas sexuales utilizados en occidente; el clásico.En este modelo, desde la antigüedad griega y romana hasta el XVIII, no hay dos sexos, sino uno solo, el masculino, que admite realizaciones defectuosas o versiones menores, por lo que las diferencias de género se interpretan dentro de un orden social quese entendía a su vez como reflejo de un orden y una jerarquía metafísica. En otras palabras, lo que en los siglos preilustrados no existe es la diferencia misma entre el sexo entendido como realidad biológica subyacente y el género comprendido como constructo cultural a lo que yo considero que solo hay genero, por que, como advierte Laqueur, “la distinción entre naturaleza y cultura se desplomaen cuanto que la primera se integra en la segunda”. En el planteamiento clásico no cabe buscar un presunto lecho rocoso constituido por hechos biológicos sobre el que construir como sobre un fundamento natural los significados culturales. No cabía en el pensamiento anterior precisamente porque, como la naturaleza contiene ya de suyo significados, esta inscrita en el orden simbólico cultural. Cuandolos expertos en la materia se sentaron a escribir sobre las bases de la diferencia sexual; es decir que esto de la igualdad entre el hombre y la mujer surge de una necesidad para la sociedad en el momento histórico como al parecer en un futuro por el bien de la misma comunidad o grupo social.Aun cuando se habla de igualdad, como los hechos biológicos son todavía vehículos de significadosculturales, como el sexo es género, ni hay ni se pretende que haya un lecho rocoso de hechos o características biológicas que ejerzan de basamento del modelo unisexual, más bien se interpretan los hechos y las características anatómicas desde ese paradigma.La masculinidad o la feminidad no residían en nada particular, por ejemplo, los magistrados se centraba menos en la realidad corporal es decir elsexo, que en mantener limites sociales claros, en mantener limites sociales claros, en mantener las categorías del genero.Con los planteamientos anteriores, ahora se va a mantener, para decirlo con palabras de Laqueur, la existencia de “dos sexos, opuestos, estables, no sujetos a medida, y que las vidas política, económica y cultural de hombres y mujeres, sus roles de genero, están de algún modo...