la inconstancia del amor
El amor, en su más pura esencia, ha ido perdiendo esa visión poética que llegó a tomaren antaño; la adoración queen la época victoriana existía por la mujer amada, donde se le trasformaba en una especia de trofeo, se le colocaba en un pedestal y se le colmaba de alabanzas yadoraciones ha quedado en elpasado siendo esta forma de amar convertida en una búsqueda infructuosa por la felicidad compartida.
Hasta el siglo XIX el amor carecía de individualidad y espontaneidad, pueseste no manejaba elrumbo de las relaciones amorosas y se consideraba una experiencia adúltera, ya que no encajaba en los dictámenes el matrimonio, y si se llegaba a pensar en este, sólo se esperaba quefluyera luego decasados los amantes y no antes, como es hoy en día, así estos matrimonios eran arreglados por las familias según lo considerado entonces importante: la posición social y la fortunacontenida,totalmente ajenos a los sentimientos románticos.
Actualmente las relaciones han dejado de buscar esa seguridad en el status social o económico de la futura idealizándolo y fundiéndose enél de unamanera que podría llegar a ser considerada demente. Pero, muy por el contrario, también existe –y es una actitud tomada por la mayor parte de la población- una gran liviandad para llevarlarelación de pareja, dejando como base a la atracción física, lo que lleva a la existencia de relaciones muy apasionadas, pero efímeras de una manera abrumadora, quedando en el fin gran cantidadderencores, recelos o despechos que son casi insuperables.
Aunque, a decir verdad, hoy se considera como algo fácil el amar, por lo que nadie piensa que debe aprenderlo o recibir enseñanza alguna de.
Regístrate para leer el documento completo.