La leyenda de amaterasu

La Leyenda de la Amaterasu.
Por Okami.

Antes, en el reinado de Nippon, cuando las civilizaciones eran mucho menos de lo que son ahora, los seres vivían en constante amargura. Las personas no tenían alegría, y aunque el sol brillaba, no daba calor. La gente trabajaba con lentitud, como en agonía. Los colores no brillaban; se veían opacos. Nada parecía tener vida, como si faltara algo.
En elpueblo de kamiki vivía un guerrero enormemente reconocido, que ayudaba a los desvalidos y vencía toda injusticia que se presentara. Amaterasu. Él traía a quien se le acercara. Su piel brillaba como la de nadie más y su melodiosa voz traía paz a quien le oyera.
Un dia, Amaterasu comenzó a notar poco a poco, como la gente a su alrededor no era feliz. Se sentía con facilidad una densa neblina llenade infelicidad. Pero, ¿por qué? Amaterasu se lo preguntaba noche tras noche. ¿Qué le hacía falta a su gente? Tenían comida, tenían trabajo en el campo, tenían dioses a quien adorar. Se sentó en lecho una noche a pensar cómo podía solucionar este problema. Pensó y pensó, pero no podía concentrarse. Algo perturbaba su mente. Había demasiado silencio. Silencio. Eso era. ¿Qué le había pasado a lossonidos, a los ruidos y a la música, a las melodías, a las voces? Nada de eso se escuchaba más. Los pájaros no cantaban, los ríos no sonaban, y el viento no silbaba melodías.
Amaterasu supo que algo debió haberle pasado a Sakuya, la diosa de las artes. Ella y sus musas eran quienes daban vida a todo aquello que era percibido por los sentidos de los humanos. Las hermosas vistas de la naturaleza, losolores de las flores y de la tierra humeda, la frescura del viento, el sabor de las frutas silvestres y el sonido de las aves al cantar. ¿Pero qué le paso a la quinta musa? ¿Por qué no escuchamos nada?
Amaterasu debía investigar que le pasaba a Otohime, musa del sonido y de la música. Otohime vivía en la cueva de la Luna, arriba en la orilla del Río Celestial, hogar de los dioses. Pero no eratan fácil llegar. Para impedir le entrada al Río Celestial, estaba Orochi, el dios de la guerra. Orochi sólo dejaba entrar al las almas dignas de una buena batalla; por lo tanto, Amaterasu debía pelear contra el para averiguar que le pasaba a Otohime.
Amaterasu emprendió su camino, no sin antes pedirle sabios consejos a Yatsu, el chamán de la aldea. Le dspidió con una de sus profecías: Hace 100años exactaente, en el día del eclipse de luna, las puertas de la Cueva de la Luna, hogar de Hotohime, se abrieron, y miles de bestias entraron a robar su melodiosa voz y hermosa música. Un noble guerrero llamado Shiranui viajo al Río Celestial y tras pelear con Orochi y resolver ciertos acertijos, Shiranui logró salvar a Otohime de los brazos de Rao, la bestia maligna que le absorbía poco a poco lavoz.
En su viaje, Amaterasu tuvo que superar numerosas pruebas. Tuvo que escalar las mas altas e inclinadas montañas, cubiertas de nieve y rodeadas de bestias salvajes y sanguinarias. Tuvo que cruzar los mas caudalosos y peligrosos ríos, repletos de cocodrilos y serpientes con veneno hasta en la punta de la cola. Tuvo que saltar a través de profundos abismos, llenos de oscuridad y niebla, queseguro resguardaban algún demonio invencible en sus entrañas. Pero tras 4 lunas, Amaterasu logro llegar a la entrada del Río Celestial.
“¿A qué vienes tú aquí, alma humana sin gloria? ¿No ves que éste es el Río Celestial? Este río es hogar de los dioses, y yo, Orochi, dios de la guerra, mantendré cerrada esta puerta, a menos que un alma digna de mi batalla me venza, y pruebe su derecho a serrecibido por los dioses.” Dijo con voz imponente el glorioso pero intimidante Orochi.
“Yo quiero pelear contra ti.” Le respondió Amaterasu
Y así, Amaterasu peleó con todas sus fuerzas, venciendo las garras sangrientas de Orochi, que daba zarpazos directo a su rostro, a su pecho y a su espalda. Cubierto de una mezcla de su propia sangre y la de Orochi, movio su cuerpo de 8 cabezas fuera de su camino...