la niña de sus ojos

LA NIÑA DE SUS OJOS
Autor: Antonio Díaz Villamil
Doce del día mercado central se realizaban la feria dominical del más importante mercado que provee a la ciudad si durante la semana con las cocineras y gentes del servicio las que acuden a buscar lo necesario para el cotidiano menú de las casas en que sirve el día domingo.
Completando la teoregenidad concurrente en toda la gama humana se vetambién a los gringo e emigrante que acuden a darse su ración típica y de folklorismo sobre los indios de Bolivia adquiridas en sus infaltables bolsas de cuero o malla de cáñamo de una capacidad milagrosa a esta inmensa clientela las vendedoras del mercado se esmeran a exponer en sus respectivos puestos lo más selecto y variado de sus mercancías del mercado más colorido y la más incitante a lavista y paladar es la de las frutas cada una de esas imponentes y orgullosas matronas llamadas fruteras con la clásica postura de un buda ocupa el centro de su asiento rodeado de los cuatro ´puntos cardinales con los cestos y variadísima mercancía.
En cambio, parecía que toda la vitalidad motriz de las fruteras se hubiera concentrado en las manos.
Doña Saturnina, está de talante alegre, como nuncase le viera. Entre los breves paréntesis que le deja la venta a sus clientes, conversa con, otra chola cincuentona que a la sazón se halla de pie saboreando una hermosa chirimoya desde la misma boca y haciéndolas describir una larga curva hasta llegar al suelo. ¡Ay, que bien! Yo la felicito, Doña Saturnina - le dice la interlocutora.
Dios, pues, comadre. Él me ha escuchado. ¡Tanto que leherogado!... Al fin ha de permitir que se cumpla mi deseo.
Porque la Domitila debe estar ya bien maltoncita.
Si vieras de qué tamaño está. Es toda una señorita, pero como esas que les dicen“jay laif". ¡La vieras nomás, con sus tacos altos y todo!. ¿Y qué dice, pues, su padre? Estará también, pues, reventando de gusto.
¡Cómo no, pues! Él también, jay, se ha desvivido trabajando para la chica.¡Compadre, cómo, pues, está usted trabajando hasta en día de fiesta! Se va usted a enfermar". Y él me contestaba, sin dar descanso al serrucho: "Ay, comadre. Cuando se tiene una hija que se la quiere como a la niña de los ojos, hay que trabajar no más para que no le falte nada". Así me contestaba, ampe, mi compadre. mientras los ojos de Doña Saturnina se abrillantan de húmeda emoción, y, luego, exclama:Sí. Asimismo es. "Como a la niña de nuestros ojos" la queremos a la Domitilita. Pero, si en la pizarra de precios de la Municipalidad dice que las paltas están a seis bolivianos. ¡Entonces, anda, pues, comprate de la pizarra! Seca y terminante la respuesta, obliga a la señora a retirarse sin palabra, en pos de alguna otra vendedora menos irónica y fiera. Hasta ahí he ido, y, sabes cuánto me hapedido? ¿Cuánto, comadre? ¡El par, ochocientos bolivianos, ampe! ¡Ay Jesús, María y José! ¿Y, usted, le ha comprado a la domitila?. Día del último examen de curso en un colegio secundario quiere decir jornada de emocionadas agitaciones, de cariñosas despedidas Apenas salen de la sala de exámenes las alumnas que acaban de rendir su prueba son rodeadas por las compañeras que las abrazan, ríen, gritan unasatontadas todavía por el esfurtzo del examen de sus amiguitas a pesar de su confección severa, no alcanza a disimular las graciosas curvas y líneas de su cuerpo de mujercita que ya logró la plenitud de sus atracciones femeninas. a pesar de su confección severa, no alcanza a disimular las graciosas curvas y líneas de su cuerpo de mujercita que ya logró la plenitud de sus atracciones femeninas.¿Desea usted preguntarle algo más, señor Presidente? Oh, no, Madre. La señorita alumna sabe perfectamente su materia luego, dirigiéndose a Domy le dijo con melosa amabilidad: Le felicito, señorita. Puede usted retirarse. Domy, serena, pero llena de orgullo en lo íntimo, hizo una gracios venia llevándose las manos a la falda, al estilo cortesano, tal como lo practican tradicionalmente en ese...