La Partida

LA PARTIDA

Parecía ser una mañana común y corriente del 4 de junio en Morales, un pueblo de clima templado, árboles frondosos y gente muy activa. Esta era la fecha en la cual empezaban las fiestas patronales del municipio.
En Morales, vivían Doña Rosario y Don Humberto Bautista, una familia que pertenecía a la población civil y que normalmente se levantaban muy a las 5:00 Am, para empezar susoficios. Para ellos ese era un día muy especial, no sólo porque empezaban las fiestas sino porque era el cumpleaños de su único hijo: Fabio, un joven de un hermoso pelo rizado, de ojos oscuros muy profundos, delgado y poco peso.
Ellos se reunieron en la sala para celebrar el cumpleaños de la mejor manera posible. Doña Rosario, que llevaba su más hermoso vestido floreado, preparó huevos revueltoscon maíz y jugo de naranja para el desayuno, era la comida favorita de Fabio desde muy chiquillo. Comida que acompañó con un pequeño ponqué en el cual estaba incrustada una vieja vela verde partida a la mitad. Su hijo al ver esto, se llenó de emoción, se alegraba saber que no habían olvidado tan especial fecha, así que sus ojos se empañaron de lágrimas, y sus labios sonreían del tamaño de lacordillera occidental.
Y balbuceaba palabras para decir lo muy agradecido que estaba con sus padres.
– Papá, Mamá qué bueno que se acuerden de mi en esta fecha tan especial.
- Claro hijo como no, si eres lo mas preciado que Dios nos ha dado. Dice el padre.
-Mijito, dice la madre, esto es poco para lo que tú te mereces.
Fabio agradecido con tan elogiosas palabras les dice asus padres sentirse muy orgulloso de ellos por ser tan nobles y buenos. Y diciendo esto se dirige al comedor.
Se sentaron todos a disfrutar de la deliciosa comida de Doña Rosario, y en tanto Fabio se metió el primer bocado sintió que sus papilas gustativas saltaban de alegría y que su corazón latía cadavez más fuerte. Mientras tanto Don Humberto se dirigió a su cuarto a traer el regalo que siempre había guardado a Fabio para su decimoquinto cumpleaños. No pudo ocultar su gran conmoción al saber que su hijo había crecido tan rápido y que le faltaría poco para convertirse en todo un hombre, así que se le soltaron unas lagrimas, pero rápidamente se las secó con la manga de su camisa, temiendo a quelo vieran en ese estado ya que tenía que conservar su imagen estricta y su lema: “los hombres nunca lloran”. Pero Doña Rosario más que nadie sabía que él era un hombre de sentimientos profundos en el corazón. Don Humberto se dirigió a la sala con el regalo empacado en un periódico viejo y arrugado; y se lo entregó a su hijo:
-Espero que te agrade mucho mijo.-Gracias papá, que buen detalle.
Fabio rompió aquel periódico con gran rapidez y con una felicidad que le llegaba hasta la otra vereda. Al destapar el regalo se dio cuenta que era la primera correa que había tenido su padre a la edad de él, lo cual lo hizo sentir aun más agradecido con Don Humberto, ya que no era solo su primera correa sino la más preciadade la colección de su padre. El guardaba una gran pasión por estas al igual que Don Benito, abuelo de Fabio. En resumen, don Humberto quería, con aquel regalo, que se mantuviera esta tradición.
Mientras tanto en tan conmovedor momento se escuchó un estruendo que dejó a Fabio y a sus padres congelados por algunos segundos, en los cuales se entró una banda armada de diez hombresaproximadamente. Ellos tenían una mirada aterrorizante, fría y llena de odio, que hicieron que a Fabio le latiera el corazón a millón pero esta vez no de emoción sino del peor terror que había sentido en estos quince años. Fabio nunca había presenciado un boleteo como ese.
Posteriormente don Humberto corrió a buscar todo lo de valor para entregárselos. Con tal de que no le quitaran su finquita. Doña Rosario...