la pena de muerte
Existen vínculos claros entre la pena de muerte y la tortura, y algunos aspectos de su aplicación tienen una naturaleza cruel, inhumada ydegradante.
La práctica de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes está clara e inequívocamente prohibida por las normas internacionales de derechos humanos y el derechointernacional humanitario.
Tratados internacionales, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional por los Derechos Civiles y Políticos, la Carta Africana de DerechosHumanos y de los Pueblos, la Carta Árabe de Derechos Humanos, la Convención Americana de Derechos Humanos o la Convención de NNUU contra la tortura, entre otros, prohíben el uso de la tortura, pero sinembrago, no prohíben la aplicación de la pena de muerte.
A pesar de la clara prohibición de la tortura, Amnistía Internacional registra habitualmente casos de personas condenadas a muerte oejecutadas tras haber sido declaradas culpables sobre la base de “confesiones” obtenidas con tortura. Especialmente preocupante es la tortura bajo custodia, que es práctica generalizada en la mayoría de lasregiones del mundo. AI tiene noticia de casos de personas condenadas a muerte en juicios basados parcial o exclusivamente en “confesiones” obtenidas presuntamente con tortura o bajo coacción en paísescomo Arabia Saudí, Bielorrusia, Corea del Norte, China, Irak o Irán. .
Aunque el derecho internacional ofrece una orientación mínima para determinar los parámetros exactos de los tratos o penascrueles, inhumanos o degradantes, diversos mecanismos regionales y de la ONU han reconocido que algunos aspectos del uso de la pena de muerte constituyen tratos o penas crueles, inhumanos odegradantes, particularmente en relación con las condiciones de reclusión de los condenados a muerte, la angustia de estar condenados, la amenaza constante de ejecución y el secreto que rodea al uso de la pena...
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