La trampa de la exclusion

LAS TRAMPAS DE LA EXCLUSIÓN (ROBERT CASTEL)

TRABAJO Y UTILIDAD EN EL MUNDO

En este artículo se hará el análisis de las transformaciones del trabajo desde una perspectiva histórica, mostrando que la referencia al derecho, es absolutamente esencial para caracterizar el lugar que ha ocupado y que ocupa el trabajo en la sociedad.
Este título está inspirado en el acto de condena de unvagabundo pronunciado por el tribunal del Chatelet, que sostuvo que: -“este desgraciado es digno de morir como inútil en el mundo, es decir, ser colgado como un ladrón”.
Los vagabundos son inútiles para el mundo porque no trabajan y viven de las reservas sociales, no contribuyen a producir. Son como la plaga para el hombre de campo que vive de su cosecha.
Reflexionaremos Acerca de larelación entre el trabajo y el hecho de ocupar un lugar reconocido en la sociedad, lo que hoy llamaríamos “la ciudadanía social”.
El sentido del trabajo y de los valores asociados a éste, se han transformado profundamente, a fines del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII, su valor económico es reconocido en sí mismo, y hablamos de una civilización del trabajo.
Deberíamos preguntarnos siel empleado asalariado es el fundamento esencial del reconocimiento social, con mayor motivo ya que estamos en una sociedad salarial en crisis, donde las condiciones de empleo se degradan.
¿Hay otras posibilidades para fundar la utilidad y el reconocimiento social que puedan competir con el trabajo asalariado?.
Para responder a este interrogante, volvamos al pasado para deshacernos de unaconcepción muy engorrosa, por ser polivalente del trabajo. Afines del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII, se establece la concepción moderna del trabajo, este tiene una utilidad social y la condena del vagabundeo lo confirma.
Se deben hacer dos observaciones para precisar el sentido dado al trabajo en esa sociedad.
En primer lugar: su función económica no está considerada de maneraautónoma. El trabajo es un conjunto de valores morales, religiosos y económicos. Esto se mantiene con fuerza hasta el mercantilismo que en el siglo XVIII afirma el valor económico del trabajo.
En segundo lugar: el trabajo no es un imperativo categórico para todo el mundo. Las posiciones socialmente superiores no sólo están exentas del trabajo, sino también excluidas del orden del mismo.
Esla herencia de la vieja tripartición entre los oratores (los clérigos), los bellatores (militares) y los laborates. Sólo son estos últimos quienes trabajan en el sentido de la palabra, dejan que sus cuerpos sufran al servicio de los otros. Este tercer orden representaba a los trabajadores de la tierra en sus orígenes y va a extenderse, diversificarse y complejizarse incluyendo cada vez más, unnúmero mayor de oficios, ocupaciones y profesiones. En los laborates existe una línea divisoria esencial que atraviesa el trabajo manual mismo. Hay oficios que proporcionan un “estado”.es decir, obligaciones y privilegios además de un reconocimiento social. Estos son los oficios regulados, los que llamamos gremios y, a partir del siglo XVII corporaciones.
Opuesto a esto, encontramos tareas sincalidad, efectuadas por hombres sin instrucción. Estos instrumentos bípedos, como han sido llamados, tienen sin embargo una utilidad social ya que son los productores del disfrute de otros.
Pero no tienen dignidad, reconocimiento social, ni existencia política. No tendrán derecho al voto.
El trabajo no otorga reconocimiento social sino está inmerso dentro de un sistema de regulación, esdecir cuando accede a un estatus de derecho.
Hasta la revolución industrial de fines del siglo XVII esta jurisprudencia es la de los gremios o corporaciones.
En la actualidad la existencia de los sindicatos, aún con sus falencias y desprotección en muchos casos para con sus trabajadores, se hacen imprescindible para sostener la dignidad del trabajo, a pesar de la supuesta evolución de...