La verdad de las mentiras

“LA VERDAD DE LAS MENTIRAS” de Vargas Llosa (Resumen)
Desde que escribí mi primer cuento me han preguntado si lo que escribía “era verdad”.
Muchos lectores, consciente o inconscientemente hacen depender de si las novelas son buenas o malas si estas son ciertas o falsas. Los inquisidores españoles prohibieron que se publicaran o importaran novelas en las colonias hispanoamericanas,argumentando que esos libros “mentirosos” podían ser perjudiciales para la salud espiritual de los indios. Por esa razón, durante trescientos años, los hispanoamericanos sólo leyeron ficciones de contrabando. La primera novela publicada en América apareció sólo después de la independencia. El Santo Oficio prohibió un género literario en abstracto, argumentando que las novelas siempre mienten, que ofrecen unavisión falaz de la vida.
En efecto, las novelas mienten, no pueden hacer otra cosa; ya que mintiendo, expresan una curiosa verdad, que sólo puede expresarse de manera disimulada y encubierta. Los hombres no están contentos con su suerte y casi todos, quisieran una vida distinta de la que viven. Para aplacar ese apetito nacieron las ficciones.
¿Significa esto que la novela es sinónimo deirrealidad? Nada de eso. Conviene pisar con cuidado, pues este camino, el de la verdad y la mentira en el mundo de la ficción, esta sembrado de trampas.
¿Qué quiere decir que una novela siempre miente? Aparentemente los lectores no creen que sean hechos reales. Sin embargo, como en todo lo que el autor ha escrito, parte de algunas experiencias aún vivas en su memoria y estimulantes para suimaginación, y fantasea algo que refleja de manera muy infiel esos materiales de trabajo. No se escriben novelas para contar la vida sino para transformarla, añadiéndole algo. De manera menos cruda y explicita, y también menos consciente, todas las novelas rehacen la realidad: embelleciéndola o empeorándola. En esos sutiles o groseros agregados a la vida reside la originalidad de una ficción. Ella es másprofunda cuanto más ampliamente exprese una necesidad general y cuantos más sean los lectores que identifiquen los oscuros demonios que los desasosiegan.
Lo que en esencia decide la verdad o la mentira de una ficción, es que ella sea escrita, que esté hecha de palabras y no de experiencias concretas. Al traducirse en palabras, los hechos sufren una profunda modificación. El hecho real es uno, entanto que los signos que podrían describirlo son innumerables. Al elegir unos y descartar otros, el novelista privilegia una y asesina otras mil posibilidades o versiones de aquello que describe. En el caso del escritor realista y del novelista de linaje fantástico, lo importante no es el carácter “realista” o “fantástico” de una anécdota, sino la manera como se plantea el cotejo entre larealidad y la ficción.
A esta primera modificación – la que imprimen las palabras a los hechos – se entrevera una segunda: la del tiempo. La vida de la ficción es un simulacro en el que aquel vertiginoso desorden se vuelve orden. La soberanía de una novela no resulta sólo del lenguaje en que está escrita. También, de sus sistema temporal, la manera como discurre en ella la existencia y cuál es laperspectiva cronológica del narrador para describir ese tiempo inventado. El tiempo novelesco es un artificio fabricado para conseguir ciertos efectos psicológicos – el efecto precede a la causa -; o ser sólo pasado remoto que nunca llega a disolverse en el pasado próximo; o ser eterno presente sin pasado ni futuro; o un laberinto en que pasado, presente y futuro coexisten, anulándose.
Las novelastienen principio y fin y, aun en las más informes y espasmódicas, la vida adopta un sentido que podemos percibir porque ellas nos ofrecen una perspectiva que la vida verdadera siempre nos niega. Ese orden es invención, simulador que aparenta recrear la vida cuando en verdad la rectifica. La ficción traiciona la vida, encapsulándola en una trampa de palabras y la pone al alcance del lector....