La Vida De Sanson y Dalila

jueces 13Un guerrero adulto, anciano casi, con mucha plata en los cabellos y con azul de cielo en los ojos, dirigióse al templo de los dioses y allí, despojado de toda armadura que le sirviera de protección y de toda arma para aniquilar a sus enemigos, hizo el sacrificio de un tierno cabrito, como lo exigía su religión.

Y mientras éste se consumía hasta el holocausto, ardiendo la carne, lagrasa y aún los tiernos huesos, dirigió su invocación al Olimpo, donde residían los Inmortales.

A tí me dirijo, oh Clío, musa de la historia, hermana de Telée, de Talía y de Elpómene, de Erato y de Polimnia, de Urania y de Calíope. Y te ruego me dediques tu atención y acojas mis palabras con benevolencia.

Tu humilde servidor, el que te brinda en holocausto un tierno cabrito, se llamaEstítocles y el Hado lo ha designado rey de los filisteos.

Fue mi padre Heraclisenio, hombre de brazo vigoroso y de concepción audaz para la batalla. Murió, ya de avanzada edad, haciendo el amor con una adolescente recién desflorada. Yo soy el hijo mayor de la más amada de sus esposas.

Se esperaba, a mi nacimiento, que yo continuara su gloriosa historia guerrera y ampliara los dominios que elvigor de su brazo había conquistado, sometiendo más pueblos a su vasallaje y cobrándoles adicionales tributos.

Pero quiso Hades que mi destino fuera, en lugar de la guerra y la conquista, el de la contemplación y el pensamiento. No quise someter más pueblos a mi vasallaje y me consagré a hacer felices a los hombres y mujeres bajo mi reinado.

Siempre gusté de rodearme de sabios, de filósofos yde magos que escudriñaran el porvenir.

Gusté de la buena mesa y de las buenas mujeres. Pero sólo amé profundamente a una, a la que hice mi esposa, que por muy amada me dió poca descendencia.

En mi juventud compuse odas y música. Mis esclavos se encargaron de repetirlas para que los tiempos no las desvanecieran.

Mis dominios no sobrepasaron aquellos que me dejara mi padre, sobre lasllanuras de sefela, a orillas del mar, desde las ciudades de Iafo hasta Gaza.

Hice que mi pueblo fuera feliz, gozando de todos los beneficios que brinda el amor en esta tierra. Los hombres gozaban a las mujeres desde su más tierna edad y los niños eran adorados por todos. Disfrutábamos de los placeres de la vida y la salud, de la guerra y de la paz, celebrábamos nuestras victorias con suntuososbanquetes donde todo animal que tiene carne y camina sobre la tierra y vuela en los cielos era preparado con sabrosas salsas y especias.

Yo me dediqué a estudiar los sagrados libros de Homero para extraer de ellos la última gota de sabiduría a fin de hacer reinar la felicidad sobre la tierra.

Nunca quise acumular riquezas, dominios, territorios ni mujeres. Mi dicha se fundó en la paz y lasabiduría. Y a pesar de todos mis esfuerzos por la felicidad de mi pueblo, hoy vengo a ti, ¡oh, musa!, hija de Júpiter y Mnemosina, a implorarte que escuches mis palabras y mis ruegos.

Porque han querido los dioses que seamos vecinos de un pueblo completamente distinto al nuestro.

Un pueblo que adora a un Dios invisible, cuyo nombre está prohibido pronunciar. Un Dios que en lugar dedisfrutar de diosas, semidiosas y mortales y gozar de infinitos banquetes en el cielo, lo que hace es apostrofar a los hombres, creando leyes para que su incumplimiento sea pecado. Dios terrible y celoso de venganza y de poder.

Hombres que gozan de las mujeres solamente la mitad del tiempo que queda entre dos lunes. Hombres que restringen los placeres de la mesa, excluyendo de ella las deliciosascarnes de los cerdos y de otros animales, peces y aves de rico sabor.

Hombres fanáticos que dedican sus energías a discutir las leyes a través de las cuales se reprimen a sí mismos e imponen castigos a los transgresores.

Cuando conocí a estos hombres, vaticiné lo que sería la desgracia de mi pueblo. Porque comprendí que a su austeridad y su fanatismo nada podría oponérseles y supe a...