LAS RELIGIONES
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje tesocava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.
Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros,
y en mí la noche entraba suinvasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.
Pero cae la hora dela venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia!
Ah lasrosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!
Cuerpo de mujer mía, persistirá en tu gracia.
Mi sed, mi ansia sin límite, mi caminoindeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.
Te vi un punto y flotando ante mis ojos
laimagen de tus ojos se quedó,
como la mancha oscura orlada en fuego
que flota y ciega si se mira al sol.
Y dondequiera que la vista clavotorno a ver sus pupilas llamear;
mas no te encuentro a ti, que es tu mirada
unos ojos, los tuyos, nada más.
De mi alcoba en elángulo los miro
desasidos fantásticos lucir:
cuando duermo los ciento que se ciernen
de par en par abiertos sobre mí.
Yo sé que hay fuegosfatuos que en la noche
llevan al caminante a perecer;
yo me siento arrastrado por tus ojos,
pero adónde me arrastran no lo ´sé.
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