Lectura navideña
Hoy, una vez más, traemos a la memoria un acontecimiento sin precedentes en la historia de la humanidad. Este suceso marca nuestra vida de una manera profunda e indeleble porsu significación histórica, filosófica y espiritual; nos referimos al nacimiento de “Emanuel”. En una nación del cercano oriente, eternamente envidiada y golpeada por los pueblos del orbe, por ser lacuna de la civilización y la única con religión monoteísta de aquellos tiempos, nace en un pesebre humilde, en un villorrio de Judea, el Salvador del mundo, el Hijo de Dios. Profetas como Isaías, elRey David y Salomón vaticinaron con amplitud de detalles este advenimiento sobresaliente más de 500 años antes de que ocurriera, y todo el pueblo hebreo creyente a la profecía aguardaba expectante estamanifestación. En Belén, por fin, nace la persona más relevante en la historia de la humanidad: Jesús de Nazaret. Hijo de José, un carpintero de espíritu noble y de María, una doncella joven ypiadosa, que aceptan el designio divino de ver nacer, criar y educar al Verbo de Dios, la Segunda Persona de la Trinidad. El episodio maravilloso fue anunciado a varias personas; en primer lugar a suspadres, también a algunos parientes cercanos y, más allá, a unos humildes pastores cerca de Belén que tuvieron la oportunidad de escuchar el Coro Angélico que
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entonaban conesplendor: “Gloria a Dios en las Alturas, y en la tierra paz y buena voluntad para con los hombres”. También a unos Reyes Magos del oriente que siguieron la señal de salvación que trazó desde la eternidadla Estrella Resplandeciente de la Mañana. Su niñez transcurrió sin sobresaltos, ayudando a sus padres como todo niño ordenado y diligente. Sus juegos con sus amigos, sus oraciones matutinas al PadreCelestial, su aprendizaje de este universo material temporal y su amor incondicional a sus hermanos y parientes. Lo vemos asimismo en el Templo del Señor en sus años de pubertad demostrando con las...
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