Lecturas

Aqueronte
Narrador: Son las cinco de la tarde, la lluvia ha cesado, bajo la húmeda luz el domingo parece vacío. Melissa entra en el café. La observan dos parejas de edad madura, Jorge con cuatroniños pequeños. A una velocidad que demuestra su timidez, atraviesa el salón, toma asiento a una mesa en el extremo izquierdo. Por un instante se aprecia nada más la silueta a contraluz del brillo solaren los ventanales. Cuando se acerca el mesero
Melissa: una limonada por favor
Narrador: saca un cuaderno y se pone a escribir algo en sus páginas. No lo haría si esperara a alguien que en cualquiermomento puede llegar a interrumpirla. La música de fondo está a bajo volumen. (De momento no hay conversaciones).
Mesero Marco: servida su limonada
Melissa: ey! Muchas gracias
Narrador: Prueba ellíquido agridulce, vuelve a concentrarse en lo que escribe con un bolígrafo de tinta roja. ¿Un diario, una carta, una tarea escolar, un poema, un cuento? Imposible saberlo, imposible saber por quéestá sola en la capital y no tiene adónde ir la tarde de un domingo en mayo de 1966. Es difícil calcular su edad: catorce, dieciocho, veinte años. La hacen muy atractiva la esbelta armonía de su cuerpo,el largo pelo castaño, los ojos un poco rasgados, un aire de inocencia y desamporo, la pesadumbre de quien tiene un secreto.
Narrador: Mario de su misma edad o acaso un poco mayor se sienta en unlugar de la terraza, aislada del salón por un ventanal.
Mario: mesero! , me sirve un café…
Narrador: observa el interior. Su mirada recorre sitios vacíos, grupos silenciosos, y se detiene un instante enmelissa.
Narrador: Al sentirse observada alza la vista. En seguida baja los ojos y se concentra en su escritura. El salón ya no flota en la penumbra, acaban de encender las luces fluorescentes.Melissa: levanta la cabeza y encuentra la mirada de mario.
Mario: prueba su café, y observa a melissa, sonríe al ver que ella lo miraba, luego se voltea a la calle. Por fin en la mira y sonríe una...