LIBRO



Capitulo 1
“La sentencia”




Debajo de un cielo estrellado y con una temperatura que te congelaba hasta los huesos, ahí, escondida detrás de un sauce, viéndose tan bella dentro de un vestido color salmón se ayeaba Lady Victoria de Halcraft, que observaba detenidamente en medio de la oscuridad que le afilaba los sentidos, ansiosa por encontrarse con Peter Dayton. Ya no podía esperarlemás. Ver su rostro, sus ojos verdes que al reflejarse en ellos le pedían besarlo, abrazarlo con vehemencia que no pudieran soltarse el uno del otro en noches así como esa en donde el frio te exige abrigo.
La firmeza con la que su padre le hizo saber de sus planes la había dejado perpleja, pero la poca sensibilidad para con ella, para confirmarle que su prometido, el Duque de Galliera y suhermana menor llegarían la tarde del día siguiente le dejo en un completo desequilibrio emocional. Pues si bien se dice por ahí que el futuro es incierto y si que tenían razón.
Apenas tres meses atrás, Victoria y Peter no solo habían hecho comentarios sobre la celebración de su boda, sino también una historia de lo que sería el futuro de su vida de casados y una bonita familia que estaríaconformada por ellos y sus muchos hijos. Como era que esto estuviera sucediéndoles, como es que la felicidad de los dos estaba destinada a terminar solamente porque el Barón lo había decidido así; porque tenía deudas que pagar y la única salida era casarla con otro. Con un hombre que si tuviera extensas riquezas y gozara de poder.
Peter no lo permitiría. Y Victoria no volvió a decir ni una solapalabra después de que su padre la reprendiera por atreverse a interrumpirlo en plena cuestión del asunto. Sin embargo las ganas de volver a enfrentársele no le faltaron en ningún momento. “Ni aunque me sacaras arrastras de aquí, padre. Primero me fugo con Peter, oíste: ¡me largo!”, había dicho antes de recibir una tremenda bofetada.
Victoria a quien amaba era a Peter, y no a un famoso potentado quese encargaría únicamente de sacar de apuros el estatus de su familia y después hacerse infelices por el resto de sus días porque él tampoco la quería.

Era una agradable mañana, en donde los reflejos del sol iluminaban en todo su esplendor. Victoria y su dama de compañía: Jodie, daban un sosegado recorrido alrededor de la antigua plaza del Luxemburgo. En cinco días se llevaría a cabo unbaile en su honor, en el cual debutaría como dama en sociedad, por lo tanto, lo primordial para Jodie era ir al Taller de costura de Madame Luisa y hacer que la costurera le ajustara los últimos detalles al vestido de Victoria de Halcraft, pero esta, en su lugar, prefería entretenerse con otras cosas que los fastuosos vestidos que su madre le conmovía verle puestos al ser precisamente el de suelección. Como era acostumbrado, Victoria llevaba su sombrilla al hombro, cuando el fuerte viento que se sintió repentinamente se lo arrebató dejándolo a la deriva de la calle Capellán. Por supuesto, ella no es la típica muchacha que esperaría a que un apuesto caballero llegara y la sacara de aquél desliz, no obstante eso fue exactamente lo que pasó. Victoria salió detrás de la sombrilla mientrasJodie desde su lugar le gritaba que la esperara, que no era necesario ir tras algo que no tenía importancia. En ese instante, antes de que Victoria se agachara a recogerla, un muchacho con traje de oficial le entregó la sombrilla diciéndole: —Le aconsejo que debería por empezar a seguir los hábitos que le instruye su dama de compañía, sino quiere tener la suerte de perder alguno de sus objetos máspreciados, milady. Victoria tomó muy despacio la sombrilla observando mejor los rasgos de su salvador.
—Me asegurare de tomarlo en cuenta, señor.
—Peter Dayton.
—En ese caso, le agradezco infinitamente su amabilidad, Mr. Dayton.
—Ni que lo diga.
Peter Dayton era muy apuesto, alto y fornido. Su uniforme rojo, que le daba aire de ser un gran señor, contrastaba a la perfección con su...