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La princesa estresada.
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Artículo aparecido en la revista Día siete N. 222
La princesa estresada. La vida dentro del palacio imperial ha sido muy dura para Masako, la princesa de origen plebeyo que sufre, desde hace años, una profunda depresión; esta enfermedad, por lo demás, parece ser compartida por una importante cantidad de japoneses. 
TEXTO: MIREYA OLIVAS

Dicen los que lohan visitado, que Japón es un país absolutamente diferente a todo lo que hay en Occidente. Será por eso que la familia real nipona ha actuado de manera tan distinta a las monarquías europeas para enfrentar los imperativos de la modernidad y así garantizar su supervivencia.
Mientras en países europeos decididamente vanguardistas como Holanda y Noruega ha sido muy sencillo cambiar las reglas querigen la vida de la realeza para adaptarlas a las necesidades de los jóvenes herederos del trono -ya sea para permitir bodas con plebeyos o para transformar en inofensivo el pasado tormentoso de algún cónyuge- las duras y antiquísimas regulaciones a las que se someten los nobles en Japón siguen casi intactas.
La rigidez no pasaría de ser un asunto anecdótico si no fuera porque es la causa de que laprincesa heredera, Masako sufra de una profunda depresión, la cual ha puesto a dudar al país sobre el futuro de la casa real, una de las más antiguas y reverenciadas del mundo.
La vida de princesa ha sido muy dura para esta mujer de origen plebeyo. Antes de casarse, hace 11 años, Masako se apellidaba Owada y comenzaba una prometedora carrera en el servicio exterior de su país donde estabaintegrada al competitivo equipo de negociaciones comerciales internacionales. Decidirse por la diplomacia le pareció algo natural: pasó su infancia recorriendo el mundo al Iado de su padre diplomático, lo cual le permitió hablar varios idiomas y forjarse una personalidad cosmopolita e independiente.
Por eso quizá a Masako también le costó tanto decirle que sí al príncipe heredero, Naruhito, a quienconoció cuando eran estudiantes en Estados Unidos. Dos veces rechazó su oferta matrimonial, la cual finalmente aceptó con la promesa de que se le permitiría tener una vida relativamente "normal".
Eso, obviamente, no ocurrió. Primero fue el enclaustramiento: a la Agencia Imperial -algo así como la dependencia que "administra" la casa real-, no le pareció pertinente que la princesa viajara con lafrecuencia que acostumbraba, por lo que desde que está casada sólo ha salido cinco veces de Japón. Masako no puede recibir ni hacer llamadas telefónicas y tampoco tener visitas -ni siquiera de su familia- si éstas no son aprobadas por varios funcionarios de la corte.
Luego vino la preocupación que la atormenta desde casi el inicio de su matrimonio y que hoy es la causa principal de su postración: laprocreación. Masako estuvo sometida durante años a tratamientos de fertilidad, hasta que hace tres dio a luz a la pequeña Aiko. La noticia fue recibida con beneplácito en el país, donde toda la población había seguido con angustia las dificultades de la princesa para embarazarse, pero no satisfizo a la Agencia Imperial, que se apresuró a recordarle a la pareja real que en Japón el trono sólo loheredan los hombres. Por lo tanto, la princesa, que ya tiene 40 años, no ha cumplido con su principal misión, que es garantizar la continuidad de la monarquía.
Las desventuras de Masako le han dado montañas de lacrimógeno material a los medios de comunicación de todo el globo. Pero también han servido para alentar inusitados vientos de cambio en el conservador Japón.
Este verano, el futuroemperador Naruhito, conocido por tradicionalista y discreto, sacudió al país cuando decidió "sacar del clóset" los padecimientos de su esposa. Agobiado por las preguntas de los medios ante la ausencia de seis meses -desde diciembre de 2003 de la princesa de la vida pública, el príncipe heredero reconoció en mayo que Masako está profundamente deprimida, por lo que ha debido incluso tomar medicamentos....