licencia
Por su parte, Moorey Krasinski se limitan a recitar sus parlamentos y a hacer mohines en función de gags y moralejas previsibles. Responsables de encarnar a los novios en la ficción, ni siquiera causan gracia cuandobromean en los supuestos bloopers proyectados al compás de los créditos finales.
Entre tantas escenas que merecen el auspicio de Luis Palau, incluso del mismísimo Vaticano, es lógico que losseguidores de The office made in USA apostemos a las breves intervenciones de Angela Kinsey o de Brian Baumgartner. Lamentablemente la desilusión es muy grande cuando los reconocemos fuera del escenarioimaginado por Ricky Gervais.
Por si todo esto fuera poco, Licencia para casarse parece reeditar situaciones y conflictos planteados por la sobrevalorada La familia de mi novia. Lo cierto es que, aúncuando no haya gustado, la comedia protagonizada por Robert De Niro y Ben Stiller es una joya al lado de esta reedición con tono episcopal.
License to wed, traducida al español como Licencia paracasarse o Hasta que el cura nos separe, nos presenta la historia de Ben Murphy (John Krasinski) y Sadie Jones (Mandy Moore), una joven pareja que, luego de conocerse en un restaurante, se enamoran y sevan a vivir juntos. Tiempo después, durante la celebración familiar del aniversario de los padres de Sadie, Ben anuncia su deseo de casarse y, con resignación, acepta el pedido de su novia: contraermatrimonio en su parroquia de siempre.
Es a partir de este punto de la historia donde los espectadores verán en escena a Robin Williams dándole vida al reverendo Frank, un cura amigo de la familia...
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