Lissette model
Según parece, Lisette Model enseñaba en sus clases, a las que se dedicó desde los años 50, que "hay quefotografiar con las tripas". Se ve un respeto distante, tal vez una pasión contenida que se vuelca por igual sobre todas las personas que fotografió: pobres y burgueses, hombres y mujeres, enérgicos cantantes y hombres travestidos en espectáculos patéticos. Desde el viejo Vendedor de flores de París (1933) dormido en su silla callejera y al que se le ha caído el cigarrillo y la boina, hasta susinstantáneas en el bar de la bohemia neoyorquina, el Sammy's (que también inmortalizó su amigo Weegee), prácticamente Model sólo fotografió personas. Buscaba personas, buscaba algo en las personas.
Su amigo y colega Walker Evans le enseñó que "la verdad debe ser descubierta, no construida". Esta sí es una huella visible en la obra de Lisette Model. Sus fotografías pueden gustar más o menos, pero noson falsas, no son muecas. No hay impostura en ellas. Están pegadas a la realidad. Se acercan a ella de un modo intensamente femenino. Con toda claridad lo expresaba ella misma al describir la fotografía de la época: "Dos tendencias dominan el campo de la fotografía hoy: una llena de subterfugios artificiales, fantasías glamurosas y una histérica tendencia hacia lo chocante, mientras la otra buscael realismo, la sinceridad, la verdad...". Model eligió este último camino y lo transitó con autenticidad desde el principio hasta el final de su obra.
La exposición de la Fundación MAPFRE sigue el itinerario vital de Model con fotografías tomadas a lo largo de más de 25 años, desde los 30 hasta mediados de los años 50, dejando fuera solamente las colecciones de fotografía que tomó en sus viajesa Roma y Venezuela. De esta forma es posible tener una idea completa y cercana de la obra esencial de nuestra fotógrafa: París, Niza, las calles de Nueva York y sus habitantes, y finalmente el submundo de las noches neoyorquinas.
Preciosas sus primeras fotografías del París de los años 30. Seleccionaba con su cámara escenas sobre la vida de los pobres de la gran capital: Durmiendo junto alSena, Hombre ciego, Vendedor de flores son fotografías llenas de ternura y ajenas a cualquier otra intención que no fuese la compasión humana. Pero cuando se desplazó a la Riviera francesa y fotografió, en contraste absoluto con su visión de los pobres de París, la plácida vida de la alta burguesía francesa en su serie Promenade des Anglais, esta mirada no cambió sustancialmente. Cambian las miradasde quienes fotografiaba, ahora hoscas y a veces despectivas, pero no la suya, que sigue sin tener ninguna pretensión y no quiere dar lecciones. Aunque estas fotografías fueran interpretadas por alguna revista socialista de la época como un ejercicio de crítica social, en realidad es imposible reconocer esa intención.
En 1938 emigró a los Estados Unidos junto a su marido. Impresiona el hecho deque sus dos primeras series de fotografías sobre Nueva York son fotografías "indirectas". En primer lugar Reflections, una mirada sobre la ciudad de Nueva York desde los reflejos que produce en los escaparates de sus avenidas. Y, al mismo tiempo, su famosa serie de fotografías tomadas a ras de tierra, donde sólo vemos los pies de los viandantes: pies a la carrera, piernas de hombres y mujeres...
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