Literatura

Los periodistas extranjeros que vienen a menudo a verme. No quiero ni sus visitas, se debatía entre el deseo de
revelar todo en mi mente y un temor a las armas que ponen en manos de un entrevistador
cuando no sé nada de su propia actitud hacia Francia. Siempre estoy atento durante
encuentros de este tipo.

Esa mañana, el Judio joven que vino a hacerme una entrevista para un periódico de TelAviv inmediatamente
ganó mi simpatía, y nuestra conversación muy rápidamente dio un giro personal. Esto me llevó a recordar
recuerdos de la ocupación. No siempre los acontecimientos que han estado directamente involucrados en ese
nos afectan a la mayoría. Le confié a mi joven visitante que nada tuve durante aquellos sombríos
años había dejado tan profunda huella en mí por los trenes cargadosde niños judíos que se colocan en
La estación de Austerlitz. Sin embargo, ni siquiera los veo a mí mismo! Mi esposa les describió a mí, su
silbo apacible y llena de horror. En ese momento no sabíamos nada de los métodos nazis de exterminio.
¿Y quién podría haber imaginado! Sin embargo, la forma en que estos corderos habían sido arrancados de su
las madres en sí superó todo lo que hasta entonceshabía creído posible. Creo que ese día yo
tocó por primera vez en el misterio de la revelación de iniquidad todo era para marcar el final
una era y el comienzo de otra. El sueño que el hombre occidental concibe en el
del siglo XVIII, cuya aurora le pareció ver en el 1789, y que, hasta 02 de agosto 1914,
había aumentado con el progreso de las luces y los descubrimientos de la ciencia - estesueño se desvaneció finalmente para mí ante esos trenes cargados de pequeños niños. Y sin embargo, yo todavía estaba
a miles de kilómetros de pensar que iban a ser combustible para la cámara de gas y la
crematorio.

Esto, entonces, era lo que tenía que decirle a la joven periodista. Y cuando me dijo con un suspiro: "¿Cómo
a menudo he pensado en esos niños! ", respondió," Yo fui uno de ellos."Él era uno de ellos.
Había visto a su madre, una hermana querida, ad toda su familia excepto a su padre desaparecen en
un hombre alimentado con seres vivos. En cuanto a su padre, el niño ms forzado a ser un día espectador
después del día de su martirio, su agonía y su muerte. Y esa muerte! Las circunstancias de
que se relacionan en este libro, y voy a dejar el descubrimiento de ellos y delmilagro por el cual
el niño se escapó a sus lectores, que deben ser tan numerosos como los de El Diario de
Anne Frank.

Lo que yo sostengo es que este disco personal, que viene después de tantos otros y describir una
indignación por lo que se podría imaginar que ya sabemos todo lo que se puede saber, es
sin embargo, diferente, distinto, único. El destino de los Judios de la pequeña ciudad deTransilvania
Sighet llamado, su ceguera en la cara de un destino de la que aún habría tenido
tiempo de huir, la pasividad inconcebible con que se entregó a él, sordo a la
advertencias y súplicas de un testigo que se había escapado de la masacre y que los trajo
noticias de lo que había visto con sus propios ojos, su negativa a creer en él, tomándolo por un
loco-estas circunstancias, me parece amí, que de por sí es suficiente para inspirar un buen augurio para que ningún otro podía ser comparado.

Sin embargo, es otro aspecto de este extraordinario libro, que me ha dedicado más profundamente.
El niño que nos cuenta su historia aquí fue uno de los elegidos de Dios. Desde el momento en que su
conciencia se despertó primero, había vivido sólo para Dios y había sido criado en el Talmud,los aspirantes
para la iniciación en la cábala, dedicado al Eterno. ¿Hemos pensado alguna vez en la
consecuencia de un horror que, aunque menos evidente, menos llamativos que los otros desmanes, es todavía
lo peor de todo para aquellos de nosotros que tienen fe: la muerte de Dios en el alma de un niño que
de pronto descubre el mal absoluto?

Tratemos de imaginar lo que pasaba dentro de él...