Los cronistas del descubrimiento
El español salió de Europa buscando… y encontró. Descubrió, develó un “nuevo mundo”. Un mundo con otras singularidades, con otras particularidades, con “otros” que poseían maneras de actuar, pensar, percibir, diferentes a las propias; con esquemas mentales y corporales distintos.
Es así que elchoque cultural provocó miradas disímiles tanto por parte de los españoles como por parte de los indígenas. Y también en el grupo de los europeos instalados en América, se observaron similitudes y diferencias respecto a las posiciones que adoptaron frente al “otro” con quien se encontraron. Son estas empatías y divergencias las que intentaremos analizar tomando en cuenta los tres ejes que proponeTzvetan Todorov:
De acuerdo al primero de ellos, cuando la mirada conlleva un juicio de valor; vale decir, el otro es bueno o malo, es mi semejante o no, es inferior a mí, etcétera, estamos ante una consideración axiológica. Pero si media una acción de acercamiento o alejamiento, si adopto sus valores, si me identifico con él o le impongo mi imagen aludiremos,entonces a un plano praxeológico. Por último si en la relación existe un deseo de conocer al otro, un intento por saber sobre él o ignorarlo definitivamente, apuntaremos a un análisis epistémico.[3]
En general la mirada europea sobre este ser, a veces tan lejano y tan extraño, estuvo teñida de valorizaciones que resultaban desfavorables, por momentos ocultas tras cierto paternalismo. Esto,sin embargo, no obstaculizó el asombro que manifestaron frente a logros tecnológicos o la monumentalidad de los edificios construidos. Esto debió ser comparado inevitablemente con España, con sus ciudades de origen, para aprehender lo desconocido desde lo conocido. La admiración profunda y constante que presentaron los españoles sobre los distintos elementos elaborados transformó a los indios enmeros productores de objetos.
Etnocentrismo, falta de comprensión de pautas culturales, diferentes formas de comunicación llevaron en algunos casos al deseo de conocer al otro, aprender su lengua, sus costumbres; en otros a la violencia y al exterminio, pero en ningún caso a la indiferencia.
Tanto Cortés como Pizarro llegaron a América “impulsados por una consagración común al oro, lagloria y el evangelio”[4]. La búsqueda de estas tres utopías no les impidió sorprenderse con lo que encontraban, pero en muchas oportunidades su codicia, su deseo de metálico los cegó: cualquier cosa por hacerse rico, todo estaba permitido.
Los conquistadores observaron con asombro aquello que se les presentaba a la vista, pero esta admiración recayó en objetos, ciudades, sistemas de riego ysiempre buscaban sus referencias españolas. “Cortés se maravilló ante el palacio de Moctezuma con sus extensos jardines…. Cortés comparó Cholula con Granada, y calculó que Tenochtitlán tenía las mismas dimensiones que Sevilla”[5] Los indígenas en cambio fueron vistos como seres extraños, tan lejanos y tan extraños que pudieron ser exterminados sin remordimientos, equiparándolos con animales....
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