los farmaceuticos

La Cultura de la “Locura”
Autor(a): Josu J. Romero Sánchez

Hoy en día es cada vez más común que las personas acudan a psicoterapia con el fin de que el
“experto” (psicólogo o psiquiatra) les ayude a resolver los problemas de sus vidas mentales. Sin
embargo, las expectativas que tienen sobre esta práctica están preñadas de la forma que han
comprendido a raíz de la práctica del serviciomédico. Es decir, esperan que alguno de estos “expertos”
ponga nombre a su problema (diagnostique) y con base en ello, dictaminen un tratamiento, receten un
medicamento o pronuncien el consejo que ponga fin a sus padecimientos.
Incluso es común que algunos de estos profesionales asuman el título de “expertos”; como si
éste nos concediera experiencia en las vidas de los demás.
¿Acaso un experto enel tema de las relaciones maritales tiene la autoridad para decir a cada
pareja de esposos cuál es la forma en que deben ser felices, suponiendo que esa sea la finalidad?
Sin duda, el experto en el tema tendrá un vasto conocimiento de las formas de relacionarse de
las parejas de su cultura y de su tiempo (incluso de otros lugares y momentos), sabrá cuales son los
factores que acompañan a lasdificultades más comunes, sabrá comprender mejor que otros la forma de
relacionarse de un determinado matrimonio, sabrá cuales son las practicas que se han empleado para
ayudar a las personas a tener una relación menos problemática y podrá sugerirlas en favor de otras
parejas, sabrá más que eso incluso. Pero no sabrá qué es lo que quiere cada pareja para ser más feliz, ni
sabrá cuáles son lastácticas que poseen para llegar a serlo.
Lo primero, lo sabrá cuando la pareja lo pronuncie. Lo segundo, cuando las lleven a cabo. Y su
experiencia se enriquecerá, pero su saber será siempre un saber a posteriori, nunca un saber a priori
porque no existe “El Modelo”, “La Forma”, en fin, “La Verdad” de cómo es ó debe ser un matrimonio
feliz; sino que cada cual puede construirse el suyo. Luegoentonces nos encontramos con que “el
experto”, “el que sabe”, es el consultante, no el profesional1.
Por si se está pensando en ello, aclaro que con esto no pretendo decir que sea innecesaria la
participación del profesional en la búsqueda de nuevas y mejores formas de relacionarse. Por el
contrario, lo que sí tiene de experiencia el profesional: su conocimiento y su manejo dentro de la

1Una lectura más completa acerca de este punto de vista se puede hacer consultando el artículo de Harlene Anderson y
Harold Goolishian. El experto es el cliente: La ignorancia como enfoque terapéutico. En McNamee, y Gergen. (1996).

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terapia, servirán para que el consultante dé cuenta y construya aquello que en principio sólo él puede
saber. Así pues, sólo pretendo aclarar cuál es lacondición de experto del profesional en psicoterapia, y
ésta no es exclusivamente la de saber hacer, sino fundamentalmente la de hacer saber.
Decir que es el consultante quien tiene el saber de cómo resolver sus problemas y cambiar su
vida tiene una implicación muy importante, y es el lugar en dónde recae la responsabilidad de poseer
“salud mental”. Ésta evidentemente está en el consultante. No enel profesional, porque en él sólo está
el compromiso de soportar la pronunciación de la “enfermedad” y de fomentar la pronunciación de la
“salud”2. No en el paciente, porque el paciente, paciente espera a que le “curen” su “enfermedad”, el
paciente espera a que le pongan nombre a sus padecimientos y luego le digan qué hacer para
aliviarlos3.
La responsabilidad de poseer “salud mental” está ensí mismo, en cada individuo, consultante o
no consultante, “enfermo” o no “enfermo”.
Hablar de enfermedad no es asunto fácil ya que existen muchísimos intentos por definir esta
palabra, además de que ha sido problemático (sino es que imposible) encontrar un consenso para tal
fin. De hecho, existen definiciones inútiles como la de Valdés (1996) quien no nos dice qué es salud,
pero sí...