Los Jovenes y la Violencia

PONENCIA: LOS JÓVENES EN LA VIOLENCIA Y SUS
ASPIRACIONES EN LA CIUDAD.
Por: Lukas Jaramillo‐Escobar & Juan Diego Jaramillo‐Morales. 

FORO

MÁS

ALLA

DE

LAS

PANDILLAS.

QUITO

OCTUBRE DE 2010.

CONTEXTO HISTÓRICO

Es necesario recalcar que Medellín es una ciudad que encontró en una
época, no sólo las condiciones para que el narcotráfico surgiera (porque no
son pocas lasciudades en Latinoamérica en las que ha habido décadas con
una increíble falta de Estado y la falta de cohesión social frente a unas
mismas normas), sino que además hubo las condiciones para que fueran
muy competitivos los narcotraficantes que asumieran el control del negocio
desde ésta y que contaran con la región como una fuente de recursos
humanos. Por la ubicación distante al mar y lacantidad de Estado era
virtualmente imposible que el narcotráfico tomara como península o
“capital” a Bogotá y entonces quedaban Medellín y Cali como las dos
ciudades industrializadas en Colombia.
En Medellín, como en otras ciudades latinoamericanas, el fenómeno de la
violencia estuvo asociado a dinámicas de desplazamiento forzado y de
cinturones de miseria donde no existió una consistentepresencia estatal y
se dieron zonas de ilegalidad y de profundo control mafioso. Estamos
hablando de cinturones de exclusión donde el paso de la adolescencia a la
madurez era aún más dramático y el afán de reconocimiento conducía con
facilidad a una ruptura con las normas que no eran propias del vecindario
sino de un lugar ajeno y lleno de símbolos excluyentes.

En estos escenarios llegaronbandas criminales a reclutar jóvenes, ante una
demanda creciente del narcotráfico por hombres armados, pero también se
establecieron redes mafiosas que impusieron sus leyes y un orden. Cabe
entonces alumbrar la paradoja entre este joven en el eje de la violencia (o
por lo menos de la tasa de homicidios) como víctima y victimario de estas
dinámicas de narcotráfico transnacional (cuando sabemoscasi todo de
quien recibe la bala y casi nada del que aprieta el gatillo). Lo que sí está
bien reportado, más allá de las cifras oficiales, es que el narcotráfico desde
los carteles hasta los paramilitares y pasando por la guerrilla, han
sumergido a los barrios populares por temporadas de la mal llamada
“limpieza social”. Esta práctica mafiosa no es más que la lucha por el
monopolio de lacriminalidad, la violencia y la agresividad, donde se
cuentan en las víctimas jóvenes desde ladrones hasta consumidores de
droga que son visibles en las barriadas populares.
En la limpieza social, luego del enfoque de derechos humanos, encontramos
una lógica donde las organizaciones mafiosas de empresarios criminales
intentan absorber a la pandilla o al colectivo de jóvenes como materia primay si no pueden o hay un gran riesgo de ser encapsuladas por un enemigo,
la eliminan como trofeo de legitimidad frente a la población que puede ser
seducida por un servicio de seguridad o dentro de una competencia desigual
en la que se ve al grupo de jóvenes como una fuerza emergente
desautorizada.
La

limpieza

social,

entonces,

encierra

una

parte

importante

de

lafenomenología de la violencia juvenil en Medellín: en la ciudad no hay
pandillas; la violencia juvenil es o más individualista que el pandillerismo o
está absorta dentro de una reglamentación y disciplina que es la del
narcotráfico y ha sido la de los ejército ilegales donde la expresión es
completamente instrumentalizada.
En Medellín no ha habido pandillas pero con el debilitamiento de losgrupos
narcotraficantes y la desaparición del paramilitarismo, empezaron a aflorar
expresiones juveniles que iban encaminadas a ser pandillas. Con la
desestructuración de las grandes redes criminales y los poderosos aparatos

de violencia, volvían a aflorar fenómenos urbanos de ilegalidad y violencia
más dispersos, a la vez que se hacían visibles problemas antes opacados.
Medellín...